En el corazón del Desierto de La Candelaria en Tinjacá, Boyacá, se encuentra ubicado el Hotel Alma, un proyecto de turismo sostenible que brinda una experiencia integral de bienestar, conexión con la naturaleza y el ser.
Este lugar se ha posicionado como un destino turístico en sí mismo gracias a su completa oferta, la cual incluye alojamiento, gastronomía, actividades para el cuidado del alma (reiki, tarot, masajes, yoga, TRE, bioenergética) y caminatas ecológicas a lo largo del terreno que rodea el hotel.
“Este complejo hotelero fue pensado para que el huésped pueda disfrutar de habitaciones amplias y modernas con vistas a la naturaleza; la lencería, los amenities y la decoración fueron cuidadosamente seleccionados para brindar el mayor confort”, señala Leonor Osuna, cofundadora del lugar.
La historia de Hotel Alma es el resultado de la dedicación y el compromiso de ella y su esposo Felipe Sardi, quienes además de preocuparse por crear un destino de lujo y bienestar en la región, han apostado por hacer que sus procesos internos estén alineados con la sostenibilidad y la economía circular.
Cada aspecto juiciosamente planeado para armonizar con su entorno natural y ofrecer una experiencia íntegra y significativa, desde la instalación de paneles solares que alimentan de energía algunos de sus espacios hasta la construcción de una planta de tratamiento de aguas que posteriormente son usadas para el riego, un lugar para el compostaje de los residuos orgánicos y el aprovechamiento de la tierra para el cultivo de una huerta orgánica, que abastece parte de la despensa de su restaurante Vita.
Múltiples planes en un solo lugar
Pero su enfoque va más allá de ser un negocio sostenible, es una invitación a un estilo de vida consciente. Por eso, una visita al Hotel Alma es la oportunidad de vivir un momento de revitalización y reconexión con el ser, en coherencia con el entorno natural.
En el día es posible tener una vista privilegiada de la montaña en medio del paisaje desértico, ir a conocer un nacimiento de agua natural, hacer avistamiento de aves, caminar por senderos seguros, que también pueden ser recorridos en bicicleta, para finalizar la jornada ante la calidez de un bello atardecer.
Por la noche, el firmamento despejado da la bienvenida a un espectáculo sideral que puede ser apreciado a simple vista o en el Observatorio Astronómico que se ha construido con el fin de hacer un viaje más profundo hacia las estrellas.
De acuerdo con Felipe Sardi, cofundador del Hotel Alma: “Nos complace ser el primer proyecto hotelero completo que tiene el municipio de Tinjacá, lo que nos ha permitido contribuir con el desarrollo de la región, atrayendo turistas, generando empleo y dinamizando la economía local”.
Gracias a la estética, amplitud y privacidad de sus espacios, Hotel Alma se ha convertido además en un espacio ideal para la organización de celebraciones sociales, reuniones empresariales y la realización de retiros y talleres.
La propuesta gastronómica
La experiencia culinaria del Hotel Alma es otro de sus atractivos. En coherencia con la filosofía del lugar, su propuesta se basa en ofrecer platos, en su mayoría, utilizando ingredientes locales y de temporada, bien sea de su propia huerta o de productores de la región.
En sus recetas incorporan desde longaniza artesanal elaborada en Tinjacá, hasta huevos criollos de gallinas libres de jaula, y verduras orgánicas recién recolectadas para una experiencia “de la granja a la mesa”.
Con influencias mediterráneas, el menú ofrece pastas, carnes a la parrilla, pescados, ensaladas, pizzas de masa madurada por 48 horas y una cuidadosa selección de vinos, que lo convierten así en un destino para los amantes del buen comer y el buen beber.
El restaurante, a su vez, ofrece talleres de cocina, en los que enseñan a elaborar pizza con masa madre, e ingredientes de la huerta. La experiencia incluye una copa de vino y el acompañamiento del chef.
