El 15 de marzo se confirmó la muerte del mayor general Oleg Mityaev, comandante de la 150ta división motorizada de fusileros y veterano de la intervención rusa en Siria. La información fue dada a conocer por Anton Garashchenko, asesor del Ministerio del Interior de Ucrania, quien además publicó vía telegram una foto del cadáver junto a los documentos e insignias para confirmar la identidad del oficial abatido.
El pasado 3 de marzo se había confirmado la muerte del mayor general Andrei Sukhovetsky, era el subcomandante del 41vo ejercito de armas combinadas de las fuerzas terrestres rusas, una muerte que incluso fue confirmada por los órganos de propaganda rusos. Medios de todo el mundo hicieron eco de esa noticia y detallaron que fue abatido por un francotirador. Putin mismo confirmo la muerte del general el 5 de marzo en un discurso televisado para la nación rusa. El diario ruso Pravda también escribió sobre su muerte y rindió un sentido editorial recordando su papel como jefe de personal de la unidad de asalto aerotransportado.
El lunes 7 de marzo se difundió la noticia de la muerte del mayor general Vitaly Gerasimov, jefe de personal del 41vo ejército de armas combinadas de las fuerzas terrestres rusas, y su fallecimiento en el frente de Kharkiv fue confirmado por el verificador de datos OSINT Bellingcat de los países bajos y divulgado por el diario británico The Guardian a partir de interceptaciones a las comunicaciones de oficiales rusos en Ucrania.
El viernes 11 de marzo, el Ministerio del Interior de Ucrania, informó la muerte del mayor general Andrei Kolesnikov, comandante del 29vo ejercito de armas combinadas del Distrito Militar Este, aunque los rusos no han confirmado ni negado esta muerte. Aunque fuentes de la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (en turco: Millî İstihbarat Teşkilatı, MİT) confirmaron el día 13 de marzo, que los rusos admitían haber perdido tres generales en la campaña.
A la muerte de los generales y otros oficiales se suman incluso hombres clave para el esfuerzo de inteligencia y planificación de operaciones como el capitán Alexey Glushchak, un espía al servicio de la agencia de inteligencia militar rusa -GRU. El oficial falleció en los enfrentamientos que se registran en la asediada ciudad de Mariupol, a las orillas del Mar de Azov, una información confirmada por el Daily Mail. La información de ese fallecimiento es significativa al ser la primera muerte en combate de un oficial de la GRU que es reconocida por una agencia de inteligencia rusa desde 1918.
Otros altos oficiales rusos abatidos en la invasión de Ucrania son Georgy Dudorov, subcomandante de la compañía de reconocimiento del 137.° regimiento de la 106.° División Aerotransportada de la Guardia de Tula, y el coronel Aleksey Aleshko, un graduado de la prestigiosa Escuela Superior Aerotransportada de Guardias de Ryazan, un oficial condecorado y veterano de la intervención rusa en Siria.
Según el sitio militar ruso valenteshop.ru, de estadísticas e información general de temas militares rusos, en los 10 años de la invasión soviética a Afganistán (1979-1989) murieron 4 generales soviéticos, entre otros muchos otros oficiales de otros rangos. Rusia igualó la cifra de bajas de Afganistán en los primeros 20 días de la guerra, lo que deja en evidencia, otra vez, el desastre militar en que se ha convertido la ofensiva rusa sobre Ucrania.
Por el volumen de fuerzas desplegadas en Ucrania y con información de segunda mano, se estima que las fuerzas rusas están siendo dirigidas en el terreno por unos 24 mayores generales del ejercito terrestre y las fuerzas aerotransportadas, lo que indicaría que una sexta parte de todo el alto mando operacional ruso en Ucrania ha fallecido. Un dato que sin duda debe minar la confianza de la oficialidad rusa en la operación y un dato que no debe pasar desapercibido sobre el impacto real de la resistencia ucraniana sobre el esfuerzo militar de los invasores.
