Este texto se presenta con el objetivo de realizar un análisis general y real de lo que sucede en la tierra de la revolución comunera, en la tierra de Santander, en donde son arrechos y arrechas para todo, menos para apoyar el verdadero cambio estructural, el verdadero cambio por la vida.
Son las 9 y 42 de la mañana, tomo mi lápiz y empiezo a escribir, escribo, desde lo vivido, desde la experiencia y desde la realidad. Realidad tomada desde diferentes puntos de perspectivas, realidad que muchas veces cuesta reconocer, asumir y reivindicar. Aquí se puede decir que las cosas ya están dichas, que el cambio por la vida ha triunfado, con más del 40 % el ámbito nacional y que con felicidad celebramos el hundimiento de la influencia política más nefasta de la historia de Colombia, más sin embargo, una ardua tarea nos ha quedado en la tierra Santandereana, por lo tanto, la nueva situación electoral es necesaria analizarla y escribirla para que queden precisamente en la memoria colectiva de los pueblos y de nuestros territorios, para privarnos de seguir cometiendo más desacierto con las necesidades históricas de un país.
Este escrito nace a partir de las siguientes, tres preguntas, ¿Qué está pasando en mi tierra? ¿Qué está pasando en nuestros territorios?, ¿Cuál es el dichoso cambio del que hablan algunos habitantes del territorio Santandereano?
Escribo desde el sur de Santander, desde donde el día de las elecciones, se puede ver a campesinos y campesinas empuñando sus dedos, puño y letras sobre un formulario E 11, impulsados por el sentimiento de un cambio posible, impulsados por un proyecto político camuflada con la palabra anticorrupción que va a defender los intereses de la clase política y empresarial de siempre. En ese formulario es en donde queda reflejado, quizás, la complicidad de los que pueden ser 4 años más de abandono estatal y del oportunismo en carne propia o de un verdadero y trascendental cambio para los nadie y las nadie.
Teniendo en cuenta los resultados de la primera vuelta presidencial del día de ayer, resumo lo que pasó en mi tierra, en una palabra: TRADICIONALISMO.
El sentir tradicionalista en los territorios aún nos domina, no dirige y nos coacciona, coerciona. Nos aplica presión.
La comunidad en general súplica y reivindicar cada vez que puede la necesidad de un cambio en los territorios, pero ese cambio no puede estar atado a las mismas personas ni corrientes políticas de siempre. Ese cambio no puede resultar peor que la enfermedad.
A nivel micro y local, en los pequeños municipios de Santander lo que se observó fue un masivo apoyo y votación a un candidato que se declara como independiente; pero hay varios detalles que debemos mencionar, los cuales los pudimos observar desde que apareció el clima electoral y de convencimiento a la población votante, hablaremos en esta ocasión solo de uno y el más importante.
En cada uno de los pequeños municipios de Santander, la mayoría de los líderes, representantes, líderes de campaña de la liga de gobernantes responden al sentimiento del tradicionalismo, responden a la imagen de los mismos de siempre que han estados metidos en la política, los que votaron NO al plebiscito por la paz, de los que votaron NO a un cambio estructural en las elecciones del 2018, de los que votaron por Iván Duque y el nefasto gobierno que tenemos hoy.
El siguiente mapa es una representación del resultado de las elecciones presidenciales de mayo de 2018.
(Por favor, anexar imagen. Fuente: Vanguardia, 2018)
Fuente: Vanguardia,2018.
En esta imagen podemos ver que el Centro Democrático colonizó y se llevó la mayor votación en Santander, 86 de los 87 municipios de Santander obtuvieron la mayor votación por Iván Duque; este resultado se debió principalmente a que los líderes en Santander y los representantes de los clanes compartían muchos de los pensamientos con el líder histórico del centro democrático.
Barrancabermeja fue la única ciudad que respaldó la idea de un cambio transformador y Barrancabermeja es el único territorio que sigue resistiendo unido en medio de un sentido colectivo que moviliza a un pueblo.
Ahora, analicemos la imagen de las elecciones del pasado 29 de mayo del 2022.
(Por favor, anexar imagen Fuente: Vanguardia, 2022)
Fuente: Vanguardia, 2022
Una vez, revisado las dos imágenes, me pregunto, ¿cuál cambio? ¿Qué cambio observan en el mapa electoral? Aparte de los colores, claro. ¿Qué ven qué ha cambiado en esta imagen? Siguen siendo, los mismos territorios, con los mismos resultados. Podrán ser tiempos diferentes, pero son las mismas cuestiones ideológicas en la mesa.
De nuevo de los 87 municipios de Santander, 86 respaldaron los resultados masivos de un candidato de origen santandereano. En cambio, la resistencia de Barrancabermeja sigue respondiendo a sus procesos históricos de lucha, de reivindicación de la memoria y de las bases organizativas que son las bases de la movilización social en la ciudad petrolera de Santander.
Puede que sí estemos cambiando, pero, ¿a qué costo?, ¿en qué dirección?, cuando son los mismos de siempre, los mismos gamonales y líderes políticos de siempre que han condenado a los pueblos de Santander a atraso, al olvido estatal y al establecimiento y reproducción del machismo y el patriarcado. ¿Cuál es el miedo a apoyar un verdadero cambio por la vida, por la paz, por la defensa de la diversidad, la ecología, la naturaleza y los bienes comunes?, ¿cuál es el miedo a apoyar el fortalecimiento de los procesos organizativos y de nuestras comunidades en nuestros territorios?, ¿cuál es el miedo a derrotar y derrocar el patriarcado, el racismo, el clasismo y la homofobia?
Para finalizar, a cada uno de los Santandereanos en los rincones de Colombia, les digo: Seguimos resistiendo y seguiremos firmes en pie de lucha; en segunda, reafirmaremos la victoria de un proyecto político por la vida, por la defensa y las reivindicaciones de los derechos de los campesinos, campesinas y de las mujeres.
