La mañana del 4 de octubre del 2019 en el muelle del municipio de Iscuandé yacía el cuerpo de Santos Antonio Angulo —conocido en esta región de la costa pacífica nariñense como “Santicos” o “Tachuela”, otro firmante del moribundo proceso de la paz— con varios disparos.
Santos Angulo era un afrodescendiente, padre de dos hijos, que se dedicaba al oficio de motorista de los intrincados ríos Iscuandé, Patía y Tapaje, actividad que lo llevó a ser uno de los lancheros de confianza del extinto frente 29 de las Farc-Ep, igualmente conductor de los comandantes Jairo Martínez y Ademar Galán (muertos junto a 34 más insurgentes en el bombardeo de Guapi el 21 de mayo del 2015, cuando se iniciaban las actividades pedagógicas proceso de paz a cargo de esa guerrilla).
Santos Antonio Angulo conoció todos los tramos y rutas de la guerra del Pacífico nariñense. Era un hombre alegre, siempre transportando a los actores y reporteros del conflicto armado de una orilla a la otra, con una sonrisa constante y particular. Vivió todas las alegrías del proceso de paz pero al final asumió una posición crítica, como la mayoría de la base de excombatientes, frente a las condiciones indignas que les tocó vivir en la Zona Veredal Transitoria de Normalización de “La Paloma” en el Corregimiento de Madrigal del municipio de Policarpa.
Santos Angulo era un exguerrillero raso, quien debido al abandono y a la falta de garantías para él y su familia decidió regresar a su antiguo lugar de trabajo, el río Iscuandé, después de tres años de haberse firmado el acuerdo de paz. En Iscuandé comienza sus labores de lanchero y al parecer colaborando con la Policía Nacional y el Ejército de Colombia, situación que se expone en un comunicado del Ejército de Liberación Nacional (ELN), insurgencia que se mantiene y retomó el control de las distintas veredas luego de que la Farc-Ep saliera de esta región, su mayor control se localizaba desde el punto denominado Juan Ventura hasta el municipio de Santa Bárbara Iscuandé.
El 11 de agosto del 2019 al parecer el frente de guerra suroccidental del ELN emitió un comunicado donde amenazan no solo a Santos Angulo Cabezas sino a siete personas más por ser una “banda paramilitar y que se hacen pasar por la disidencia residual de los guacho”, dice el comunicado, también se los declara objetivo militar mostrando imágenes de sus cédulas de ciudadanía y los señala de realizar extorsiones, opresión, cobro a los comerciantes, asalto y asesinato.
En entrevista exclusiva a un excombatiente de las Farc-Ep, que mantiene su convicción frente al proceso de paz, este denuncia que muchos de sus excompañeros afrontan dificultades económicas, sociales y de seguridad como lo vivió Santos Angulo Cabezas, sumado a esto el incumplimiento del gobierno nacional para acondicionar el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de El Estrecho, ubicados ahora en el Patía municipio de Cauca, estos son algunos de los motivos para que muchos de los excombatientes de los frentes 8 y 29 de las Farc-Ep hayan y/o estén pensado en retomar las economías ilegales. Además, afirma que los dirigentes o antiguos mandos, quienes ahora están en unas mejores condiciones que sus bases de excombatientes, tienen la gran responsabilidad de continuar exigiendo, hacer control social y político a la implementación de los acuerdos y generar opinión pública al respecto.