Bajo la escasa luz de los últimos soles y el potente frío de las últimas lluvias, el municipio de Rionegro, Antioquia, le ha dado un NO definitivo a la implementación de un Sistema Integrado de Transporte que, desde su imposición arbitraria, desde su tiránico proceder y su vistoso ultraje político desencadenó una muy lamentable serie de manifestaciones, plantones y expresiones negativas vía redes sociales que en cualquier otra parte del mundo o del país, habría dejado en stand by el proyecto, stand by al que para honor ciudadano, ya estaba acostumbrado.
Efectivamente, fueron reacciones naturales que a cualquier analista solo le dejaría una conclusión vertebral: la propuesta genera la repulsa de la multitud, de la masa, véase, de la sociedad rionegrera; sus habitantes han salido a las calles y han dejado que su enojo sirva como punto de referencia y, aunque han sido tildados de vándalos, incendiarios y rebeldes sin causa, el efecto dominó ha llegado hasta los mismos medios de comunicación.
Habría que mencionar, que Rionegro es un municipio distinguido en todo el oriente antioqueño por su pasividad a la hora de alarmarse ante situaciones que... digámoslo así: ameritan la reconfiguración pública y política de la localidad, cosa de la que nadie se sentía orgulloso, pero los tiempos cambian y las mentes despiertan.
Con basta anterioridad, en la tropezada alcaldía de Andrés Julián Rendón Cardona, integrante del Centro Democrático, que a dedo loco escogió al actual alcalde del municipio de Rionegro, Rodrigo Hernández Álzate (imitando los malabarismos artificiales del muy investigado Álvaro Uribe Vélez) se había contemplado este derroche presupuestal disfrazado de inmaculado elefante, bajo el tiernísimo nombre de SONRÍO. El proyecto, desde su limitado génesis, fue tildado como un trampolín en dirección al enriquecimiento de los pocos y el hacinado infierno de los muchos .
Una vez Rodrigo Hernández se alzó con Rionegro como trofeo de su angustiante parábola derechista: Juntos Avanzamos Más, entregó en su discurso las gracias a todo pulmón a Uribe y Rendón Cardona por haberlo colocado ahí, antes que darle las gracias al pueblo; Rendón Cardona le escribió en un avión de papel que alguien (no se sabe quién) lanzó al despacho del nuevo alcalde oficial de la Ciudad Santiago de Arma (Rionegro) lo siguiente: ¡SONRÍO debe ser sí o sí, gústele a quien le guste!, de ahí los ingeniosos publicistas haciendo un juego con la palabra en inglés de ciudad (City) y añadiendo técnicas neurolingüísticas propias de los mentecatos del Harvard criollo, eligieron presentar la misma canción pero con distinto nombre: SITIRIO.
Esta canción ha destruido los tímpanos de todo aquel que se arriesga a escucharla, pues aunque utilizaron todos los paraderos de bus para publicitar el nuevo sistema de movilidad, la comunidad se puso la lupa frente al ojo y lo evidente se hizo verdaderamente ofensivo: no habían ni nuevos buses, ni mucho menos rutas más accesibles y muchísimo menos, prioridad con los pasajeros, que era lo que de una u otra forma pronosticaba SITIRIO.
Que la comunidad se prepare, si es que este ultraje se permite, para que vengan muchos otros proyectos en los que se puedan exprimir a punta de arañazos las jugosas ubres de un Estado para beneficios individuales, Estado que está saliendo hacia una supuesta reactivación socioeconómica liderada por el talentoso Iván Duque Márquez. Ojo Rionegro, ojo que después de esta se vienen más avioncitos de papel.