Lo primero que pensé cuando leí este artículo, fue que escribir un comentario en la sección destinado para ello, no significaba que Gallo fuera a leerlo, o que estuviera interesado en saber lo que tenemos para decir, ni mucho menos -y juzgando por la forma en que trata sus propias palabras-, no tendría interés en dimensionar el debate al que podría estar expuesto, por ser un emisor de opinión. El solo quería escupir lo que piensa, sin mayor rigor y envestido al parecer por el hecho de tener unos cuantos artículos ya escritos en este medio. Sin embargo de eso se trata la democratización de la comunicación, y de eso no se trata lo que quiero escribir en este artículo…
Personalmente estoy seguro que habrá muchísimas personas en este mundo que como dice Gallo, se sienten moralmente superiores por ese gran acontecer de ser consecuentes con una ética religiosa; que sean las nuevas religiones “new age”, o los tradicionales moralismos del viejo cristianismo o islamismo (ya que está de moda) me tienen sin cuidado. También creo que no solo basta con ser religioso para sentirse moralmente mejor que otro, no me voy a ensartar en una larga lista de las cosas triviales que logran ese cometido en una sociedad tan competitiva y polarizada.
Lo que sí quiero decir es que si bien muchas personas pueden usar su vegetarianismo o veganismo para juzgar a quien aún come carne y sentirse superior por ello, el ataque del señor gallo es tan ingenuo e inocente, que produce tanto risa como indignación. No es entonces la actividad el foco del problema, sino la actitud que presenta el ser humano ante las decisiones por las que opta y que le otorga un valor moral o ético superior o inferior.
Permítame decirle señor gallo, usted desconoce lo que es el veganismo y el vegetarianismo de manera sustancial. Es tan ingenuo que no es capaz de plantear en su texto la multiplicidad de razones por las que los seres humanos deciden volverse veganos o vegetarianos. Usted plantea la posibilidad de que el veganismo es quien controla a los seres humanos, demonizando esta postura como si por si misma fuera el problema. Reitero, la cuestión analítica debiera ser la construcción cultural de la moral, entendiendo el bien y el mal como conceptos articuladores, y partir de ahí para hacer un análisis un poco más riguroso de las relaciones que se gestan en sociedades modernas que construyen dispositivos de diferenciación social.
No me malinterprete, yo no soy vegano ni vegetariano, sin embargo estoy muy cerca de personas que sí lo son, y en esa cercanía encuentro personas que lo son por creencias religiosas, por compromisos políticos, por respeto a la vida, por salud, por snobs, o porque está de moda. Le garantizo que en cada una de esas motivaciones hay gente que es capaz de sentirse mejor que yo por haber optado por una alimentación diferente; sin embargo también hay que gente que no se siente superior y está tranquila decidiendo su vida sin advertir en ningún momento si eso los vuelve mejores, pero que si tienen la seguridad que es una decisión que les brinda felicidad en su vida. ¿Quién viene siendo usted para cuestionar si la gente cree en una peregrinación en la India, si quiere hablar maravillados de cómo hacer un falafel de brócoli, o si se sienten políticamente correctos por estar en contra de la tauromaquia?, ¿realmente importa si eso los hace sentir bien, aun cuando usted o yo podamos estar en desacuerdo con muchas de sus actitudes? sea un poco más profundo en su análisis señor Ivan Gallo, no se quede con el reflujo en la garganta que no le permite respirar bien. si quiere cuestionar algo, sea un poco mas minusioso, e hile mas fino la cantidad de variables que permean una acción humana.
El título de su artículo no podría ser más obvio, con la excepción que no es por ser vegano que somos brutos: casi cualquier decisión que tomamos los seres humanos podría llevarnos a la brutalidad. Sin embargo ese desplazamiento analítico que usted propone de centrarse en una sola actividad humana solo me hace pensar en resentimientos de su ser que no es capaz de procesar sino a través de la impostada brillantez de su artículo. Así pues, encuentro con quien tiene la potencialidad de ser “estúpido” no es el vegano, en cambio si el ser humano. Es casi como si yo dijera que ser periodista te hace famoso pero también estúpido; y escribir un artículo sobre como el odio inconmensurable e irracional, es capaz de escribir un artículo titulado “Ser vegano te hace más sano… pero también más bruto” para terminar diciendo que todos los periodistas no hacen sino escribir sandeces.
Finalmente quiero decirle, que la democratización de la información es un resultado bastante deseable de la globalización y el desarrollo de la tecnología después de haber tenido históricamente emisores irresponsables que tergiversan la información. No me parece menos irresponsable su postura, como critico impostado, que utiliza los medios de difusión sin ninguna ética, con un lenguaje bastante cuestionable, y con la finalidad destructiva de no decir absolutamente nada, salvo lo que sus prejuicios pueden arrojar. Me parece muy diferente la estructura periodística de las 2orillas, a la de un blog cualquiera donde usted bien puede sentirse con la libertad de no expresar ninguna idea constructiva, carecer de criterio y poseer una mínima documentación. No se le puede pedir a la editorial de Las2orillas que solucione el problema de ética de sus columnistas, es más, ellos defienden esa libertad. Sin embargo haciendo uso del mismo medio, le cuestiono a usted su propia ética al atreverse a escribir lo que no conoce.
Que existan medios que con facilidad nos publican cualquier cosa, no justifica que existan columnistas que sea oportunistas con esa realidad para decir cuanta sandez se le atraviesa por la cabeza.