Testaferrato, estafadores y resistencia al cambio son algunos de los obstáculos en el proceso de adjudicación y entrega de títulos que se ha propuesto el gobierno de Gustavo Petro.
Un ejército de 140 personas, con apoyo de imágenes satelitales que llegan a 3 metros o a 6 centímetros de un predio, inteligencia artificial y cruce de información con la Dian, la Registraduría o la Fiscalía, compra tierras productivas y adjudica los títulos a personas que ya las tienen o las quieren trabajar.
La tarea puesta por el presidente Gustavo Petro al Director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) es comprar a cualquier colombiano, y no solo a los ganaderos afiliados a Fedegan, un total de 3 millones de hectáreas que tengan vocación agraria con base en los avalúos hechos por las Lonjas y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac).
Para enfrentar a los estafadores y entregar los títulos de otros 7 millones de hectáreas como lo establece el primer punto del Acuerdo de Paz firmado en 2016, la Agencia dispuso un correo electrónico y un número de WhatsApp en donde ya, sin intermediarios y gratis, 130 mil personas han dicho: “vendo” y 400.000 han expresado que quieren título o tierra. Un millón de hectáreas se han formalizado en los últimos 5 meses.
Así lidia con este tierrero a diario el Director de la Agencia Nacional de Tierras, abogado, exmilitante del desmovilizado Ejército Popular de Liberación (EPL), con experiencia de 20 años en procesos de restitución de tierras, derechos humanos para que la tierra no siga siendo origen de conflicto en el país.
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