Ana María Hoyos sólo actuó en cinco producciones. Su rostro, que desapareció hace dos décadas, es tan hermoso que sigue siendo recordado. Nunca fue una súper estrella pero ganaba bien, muy bien. Eran cerca de 150 millones de pesos de la época por proyecto. Un día la dejaron de llamar. Luego el caché de los actores en general se redujo por culpa de las leyes que laceraron a los intérpretes. Hoy en día Hoyos extraña cuando era una estrella de la televisión, cuando la invitaban a conciertos, a eventos, pero, sobre todo, se extraña de que no se pueda hacer fortuna siendo actor de televisión. En Estados Unidos los actores tienen tanto poder y acumulan tanta plata que se convierten en productores ejecutivos controlando todos los proyectos y ayudando a fortalecer la industria con producciones atrevidas.
Ahora el trabajo escasea y hay más aspirantes a ser actores que producciones donde trabajar. La paga se ha reducido y el único consuelo que le queda a los jóvenes para seguir en la lucha es confiar en que tendrán fama. Hoyos recordó en la Red los años felices cuando se podía hacer capital siendo actor.