Durante los años 80 Axl Rose, el vocalista y fundador de Guns and Roses, que llegó a ser el grupo de hard rock más importante de la época, era el niño de cara bonita y voz espectacular por quien se derretían las mujeres. Era él ícono de los jóvenes rockeros que encontraron en su banda el grito de rebeldía que estaban buscando.
El éxito de Axl duró poco, once años después de fundada, Guns and Roses, creada con su amigo de infancia, Izzy Stradlin, el emblemático guitarrista del grupo, se fue disolviendo. En 1997, por diferencias con todos sus compañeros, Axl, el dueño del nombre de la agrupación, estaba solo.
A partir de esa época la figura de Axl se derrumbó. El consumo excesivo de drogas, de alcohol y varias cirugías estéticas dañaron la apariencia del atractivo cantante. Dicen que se ha levantado los pómulos y que es amante del bótox.
Aunque Axl intentó no alejarse de los escenarios su apariencia física cambió radicalmente: subió de peso, estaba quedándose calvo y hasta su voz cambió. Del bello Axl Rose no queda nada.