El filósofo y financiero Nassim Nicholas Taleb, escribió en el año 2007 el libro convertido en Best Seller El Cisne Negro, en donde explicaba en qué consistía este fenómeno.
En mi caso, llegué a este libro no por la exhibición de las librerías, de hecho, suelo pasar por alto los Best Sellers. La razón por la que llegué a este libro, fue luego de leer el recopilado de treinta años de investigación en psicología y economía conductual: Pensar Rápido, Pensar Despacio del científico Daniel Kahneman. Los resultados fueron tan impresionantes que decidí adentrarme más en su bibliografía. Ahí apareció Nassim Taleb hablando sobre predicciones económicas. Sabía entonces que valía la pena leer el Cisne Negro, por lo que fui a comprarlo. Luego de leerlo, supe que estaba conociendo un documento muy importante y apreciable para las personas más más escépticas en términos de predicciones.
El Cisne Negro habla de cómo la historia de la humanidad transcurre en medio del extremo azar y la incertidumbre y es movilizada por hechos altamente improbables, sin embargo, existe un gran número de analistas políticos, deportivos y económicos que dedican todo su trabajo a hacer predicciones como si acaso conocieran el mundo y no estuvieran sujetos a la misma incertidumbre.
Según explica Taleb, los seres humanos explicamos la historia de manera retrospectiva, es decir, cuando ya los hechos han sucedido, y le damos coherencia según las creencias previas en nuestra mente. Así, creemos que el mundo tiene sentido. Este concepto que es uno de los más poderosos del libro, el autor le asigna el nombre de Falacia narrativa. Según parece, esta misma ilusión de entender el pasado, es la que promueve la confianza de los expertos en lanzar predicciones como si el mundo avanzara en un sentido claro y de forma regular.
A pesar de que este comportamiento explicativo del mundo lo tenemos todos los seres humanos al asignar arbitrariamente causas a los hechos, su impacto más fuerte ocurre cuando las personas depositan su confianza en las predicciones de estos “expertos”.
En la pasada Cumbre de las Américas, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, (BID) Luis Alberto Moreno, instó a los mandatarios de los 34 países que conforman este grupo, a que tomaran medidas para aumentar la productividad de los países latinoamericanos admitiendo que era posible que más del 30% de los empleos actuales quedaran mitigados por las robotización. Argumentando que basaba su tesis en las opiniones de economistas de la Universidad de Oxford que predecían esos cálculos y panoramas para los próximos veinte años.
Los mandatarios de estos países podrían tomar en serio los consejos del presidente del BID y de los economistas asesores proponiendo reformas de todo tipo para que la automatización sea un hecho y para que la robotización en veinte años no acabe con los empleos del 30% de la población.
Independientemente de la discusión sobre la tecnología, la robotización y la productividad. Lo que queda acá en evidencia es que se están tomando decisiones importantes basadas en predicciones imprevisibles y drásticas sujetas a Cisnes Negros como: guerras, genocidios, epidemias, creación y eliminación de países, etc., sugeridas por unos cuantos ‘expertos’, que en medio de una extendida y arraigada vanidad, son excéntricos a la hora de vaticinar el futuro de la humanidad.
Estos fenómenos imprevisibles pero drásticos son los famosos Cisnes Negros. En síntesis, sucesos altamente improbables, de gran impacto social y en absoluto impredecibles.
El Cisne Negro es un libro recomendado para todo aquel que quiera reunir más argumentos contra la charlatanería de los supuestos especialistas que tanta difusión tienen en los medios de comunicación. Y también para quien quiera conocer e identificar la manera como estos especialistas usan su lenguaje persuasivo y prepotente para hacer sugerencias y dar consejos sobre los cuales después ninguno de ellos estará dispuesto a asumir.