La teoría verde de las relaciones internacionales toma fuerza de las dos corrientes que aportan y sustentan desde sus lineamientos, y en esa perspectiva también Eckersley describe en 2007 como fundamentos de la teoría verde de la relaciones internacionales a los nuevos discursos de seguridad ecológica, reforzando lo actuado en las cumbres, el desarrollo sostenible y la justicia desde lo ambiental.
Cuando el problema ambiental empezó a vislumbrarse como una amenaza a la vida humana con el cambio climático impulsado por el calentamiento de la Tierra, y ante las advertencias y llamados de los diferentes organismos internacionales como la ONU y los múltiples acuerdos de compromiso para mitigar los impactos al medioambiente, las naciones incluyeron el tema ambiental en sus agendas políticas y en el flujo de sus relaciones internacionales desde la perspectiva de nación. Dos elementos fundamentales llaman la atención y son la política exterior y el interés nacional, este último vinculado al poder, al cual se adhiere la seguridad del Estado para que sea viable en el tiempo.
La proyección del crecimiento verde va en aumento en el ámbito mundial y Colombia lo vincula en el PND 2018-2022, en el que se le da un carácter especial y de conectividad con otras políticas de este plan. Pretendiendo entrar en órbita de un desarrollo económico sostenible, competitivo y con alternativas de enfoque a la reducción del cambio climático. La transformación de ecosistemas estratégicos es un tema neurálgico, y al respecto el Plan Nacional de Desarrollo (2019) diagnostica que “en 20 años se perdió el 17 % del área de páramos, con el agravante que estos abastecen el 70 % del agua que consume la población colombiana”.
En este sentido, Colombia concibe en sus propósitos un empeño marcado en la protección de la biodiversidad de sus recursos naturales y ecosistemas como activos estratégicos y de interés nacional que generen oportunidades, para lo cual es imperioso la seguridad de estos. Por esta razón, estos propósitos se convierten en uno de los elementos más enriquecedores de esta nota de opinión, y es que va a señalar la importancia de establecer una teoría verde de la seguridad, muy de la mano de lo que se habla desde la teoría verde de las relaciones internacionales, ante las dificultades que en materia estratégica y operacional existen por no tener apropiada la teoría verde de la seguridad planteada en este trabajo como la vinculación de la seguridad y la defensa en la protección de los recursos naturales, considerados activos estratégicos de la nación.
El empleo de una teoría verde de la seguridad en Colombia hace referencia a un programa sectorial cohesionado por el Ministerio de la Defensa Nacional y sus Fuerzas Militares, dado el alto valor estratégico de los recursos naturales esenciales frente a los intereses nacionales.
Finalmente, conscientes de que en las últimas décadas en el país los conflictos no solo provienen de lo político o militar, la teoría verde de la seguridad colombiana cobra importancia como contribución estratégica a la anticipación de retos como los riesgos de tensión de conflictos a causa del cambio climático y los recursos naturales. Convirtiéndose esta teoría verde de la seguridad en el eslabón que conecta lo plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo vigente y el sector defensa con la política de defensa y seguridad, en lo que a biodiversidad y activos estratégicos refiere.