"Todo arte y todo saber, igual que todo lo que hacemos y elegimos, parece tender a algún bien;
por esto se ha dicho con razón que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden"
Aristóteles.
Cuando hablamos de ética y de ciencia debemos relacionar estas palabras con los valores para demostrar que algo es justo, bueno y adecuado o que por el contrario es indeseable. La ciencia se basa en una serie de postulados que luego lo lleva a una supuesta verdad, por tal motivo el hombre está llamado a la búsqueda del saber por medio de la ciencia, pero de la mano de los valores éticos que lleven a la humanidad a un crecimiento científico.
La investigación científica es una actividad reconocida, en estos momentos en que se habla de que estamos en una sociedad del conocimiento, merece especial atención ya que se revela que la producción de conocimiento científico es un factor decisivo que hay que considerar como resultado de esa actividad del hombre para avanzar e indagar en el conocimiento de la naturaleza.
Ha sido tradicional la inmersión de las humanidades y las ciencias sociales en el proceso de desarrollo científico y técnico: educación, sociología, economía, estadística, ciencia política, han tratado de comprender los procesos inherentes a la actividad investigadora, a la producción de conocimiento y a su gestión. Son, sin embargo, la reflexión filosófica y el análisis histórico los instrumentos básicos para avanzar de forma más integrada en la comprensión de esos procesos.
Se propone una actuación ética que debe penetrar en todos los elementos del proceso de producción del conocimiento y que descansa en la responsabilidad, trasciende de las éticas -asociadas a los deontologismos- y consecuencialistas -utilitaristas, más propias de situaciones y hechos determinados, representadas por el análisis caso por caso- o de la práctica de profesiones que se guían por éticas internas.
La ética de la investigación ya no se limita a defender la integridad y el bienestar de los sujetos, a fin de protegerles frente a eventuales malas prácticas –a pesar de que esto sea todavía un aspecto fundamental–, sino que pretende definir un marco completo de actuación.
Sin olvidar que la difusión y aplicación de estándares o de buenas prácticas científicas no sólo beneficiarán a los sujetos de la investigación, los sujetos humanos, sino también a otros sujetos –no humanos– y a otros grupos. Grupos que antes eran invisibles o casi irrelevantes para la comunidad científica.
Para que la investigación pueda considerarse científica, se debe basar en una serie de valores que surgen del mismo carácter de la ciencia, cuyo fin es la búsqueda de la verdad objetiva.
Algunos principios que hay que tener en cuenta para llevar a cabo una investigación éticamente desarrollada son el conocimiento, el placer y el bienestar.
La ciencia moderna aplicada a la investigación da como resultado mayores logros a la humanidad y teniendo en cuenta que se vive en un mundo basado en la investigación y gobernado por ideologías fundamentadas en la ciencia y el uso de instrumentos creados por la ciencia, es necesario ser conscientes de que dichas ideologías e instrumentos pueden ser utilizados de forma objetiva o subjetiva y/o correcta e incorrectamente.
Es decir, de un modo ético o no. Por esto este motivo, es importante hablar de una ética de la investigación es decir una investigación con conciencia. Una investigación cuyos resultados sean correctamente utilizados.
No hay que olvidarnos que la investigación ha generado progreso, también ha llevado a destrucción y aniquilamiento; hay que preguntarnos ¿Qué tan ético es permitir la creación de un ser humano en probetas?, ¿La manipulación de los genes de un ser humano y la misma clonación? No podemos dejar de anotar que la cantidad efectiva de investigación está a menudo en contraste agudo a los deseos de la gente.
Los criterios éticos que deben regir en una investigación son: La búsqueda de la verdad y la honestidad para que la presentación de los resultados de la investigación corresponda a los que se obtuvieron en el proceso sin distorsionar los fenómenos hallados para beneficios personales o de intereses para terceros.
¿Qué quiere decir esto? Desde el primer momento en que se formula una hipótesis –paso fundamental para el proceso de investigación social-, se está apostando por alcanzar objetivos inherentes a un interés personal, grupal y/o social de acuerdo a la iniciativa desde donde parta el desarrollo de la investigación.
El riesgo al que se expone el investigador social es que al de darse cuenta, generalmente tras arduas temporadas de trabajo, de que su hipótesis planteada no se corresponde con la realidad encontrada se verá tentado a “maquillar” sus resultados en aras de desvirtuar su error.
Sin embargo, el desvirtuar una hipótesis no debe implicar necesariamente desvirtuar los resultados reales de toda la investigación teniendo en cuenta que éstos son conocimiento científico y, por tanto, dan cuenta de una realidad investigada que debe ser valorada.
Pero la ética en la investigación no se limita únicamente al caso específico antes mencionado, sino que se constituye en elemento transversal de todo el proceso investigativo. La llamada metodología Participante-Observador y Observador-Participante -utilizada por algunos investigadores sociales y que en los últimos años cada vez toma más fuerza-, busca, por ejemplo, eliminar la barrera entre investigador y objeto de la investigación mediante la inclusión activa y verificable del grupo/población… investigado; es decir, esta metodología transforma al ser investigado de “cosa estudiada” a agente activo de su propia reflexión, lo cual es un punto de vista netamente ético que interviene directamente en el modo de incursionar en la investigación en ciencias sociales.
Finalmente cabe señalar que si bien la ética investigativa –al igual que la ética en general-, está directamente vinculada con procesos de construcción subjetivos, deberá primar siempre el interés general inherente a la construcción de conocimiento sobre las particularidades caprichosas que obstaculizan la labor investigativa.