¿Por qué prender las luces y armar el pesebre tan rápido? Aparte del capitalismo absorbente, a lo mejor hay razones humanas que nos hacen pisar el acelerador con fuerza para llegar lo más pronto a la navidad.
Muchos añoran la época donde pareciera que todo es alegría y regocijo; algunos queremos volver a la casa y ser niños de nuevo; es a veces una salida de emergencia por donde creemos poder escapar a las vicisitudes y problemas que afrontamos durante todo el año.
Esa añoranza y búsqueda de momentos bellos de la vida es lo que se conoce como el “síndrome de Proust” término acuñado en honor al mundialmente conocido escritor francés Marcel Proust.
Aunque diciembre es una época sublime, en la que nuestra sensibilidad aflora, exteriorizamos los sentimientos más humanos y procuramos las mejores acciones; también nos convertimos en la presa más fácil de esos bancos siempre humanitarios y caritativos que también saben mucho de Proust; pero conocen más de Friedman y andan ofreciendo toda suerte de endeudamientos solidarios.
No crean que es por azar que en las emisoras desde septiembre nos empiezan a poner “Adonay” de Rodolfo “traicionera” de Pastor; es por la simple pretensión de instrumentalizar nuestra sensibilidad proutsiana en favor de la economía de mercado 😂.
Tip: Todavía no armen el pesebre ni el árbol que desde allí uno empieza a gastar hartísimo 🤣