Guadalajara de Buga, más conocida como Buga, es considerada como uno de los pueblos patrimonio de Colombia. No solo por ser de las primeras en su fundación, sino porque alberga patrimonio arquitectónico, cultural e histórico invaluable para la humanidad.
Ha sido cuna de grandes literatos, militares, periodistas e incluso un presidente. Caminar por sus calles es un éxtasis para los amantes de lo tradicional y lo clásico. Después del turismo religioso, el cultural es el segundo tema de interés para visitantes locales y extranjeros. Muchos de sus inmuebles, entre ellos iglesias, edificios, castillos y casonas son protegidos por un consejo que salvaguarda y otorga permisos de renovación, remodelación y demolición de todo bien que se ubique dentro del delimitado Centro Histórico.
Sin embargo, una de las casas más antiguas de Colombia, construida en el denominado "Siglo de las Colonias" por allá a finales de los años 1500, las más antigua del departamento y de la ciudad, no se está conservando como la joya invaluable que es. Primero, su patio fue totalmente acabado para construir edificios modernos. Segundo, las habitaciones y espacios de la casona hoy funcionan como una sede una entidad judicial.
Solo se menciona en los folletos la casa del capitán Luis Velásquez de Rengifo, construida bajo su gusto y mandato, a fines del siglo XVI, además por 200 años fue la mejor residencia de dos pisos de la ciudad y la región. Contaba con muros de tapia, tejas de barro, balcón y ventanas de balaustres, siendo la única entre las edificaciones de uso habitacional. Su balcón con pilares indicaba que la familia que vivía allí era la de mayor reconocimiento social y político. Velásquez de Rengifo fue uno de los primeros alcaldes de este pueblo.
Como bugueño levanto una voz de alerta para que entre todos conservemos esta edificación referente que puede llegar a ser mundial. Incluso para que realicemos gestiones ante la Unesco para que sea incluida en los inventarios de patrimonio de la humanidad.
Sueño con que esta edificación se convierta en un museo o en un lugar de encuentro, no un mero espacio para oficinas con altísimo flujo de personas, lo cual genera un deterioro acelerado de la edificación. Imagino su balcón abierto y las personas tomándose fotos para la posteridad. Anhelo que en Buga la casona más antigua sea valorada como tal y no simplemente que los guías turísticos desde el Parque Cabal la señalen a lo lejos y sigan de largo.
Llegó la hora de que las autoridades emprendan un nuevo reto: abrir el primer museo público de la ciudad. Sería el tercer múseo de la ciudad, que ya hoy cuenta con el Museo del Milagroso, de carácter religioso y administrado por la Basílica, y otro de carácter histórico, cuyo responsable es la Academia de Historia Leonardo Tascón.
