Los niños eran muy pequeños, tenían 4,8 y 13 años. Tenían una mamá desalmada. Ella filmaba escenas porno con sus tres hijos, a veces metía animales para que los niños tuvieran sexo con él. Le vendía ese material a un hombre que los recibía en Estados Unidos y a su vez difundía el material en redes sociales. La depravación terminó el pasado viernes 18 de septiembre cuando fue detenida en el barrio Belén de Medellín.
La mamá se llama Moraima Escarlet Velásquez, es de nacionalidad venezolana. Según la Fiscalía "la mujer sería una ficha relevante en una red internacional dedicada a la producción, comercialización y distribución de videos de tortura, pornografía y abuso sexual de niños, niñas y adolescentes; adultos y animales".
Se desconoce de cuánto podría ser la pena que recibiría la mujer. Los hechos dejaron de ocurrir a mediados del 2019.