Me parece muy curioso que las personas se sientan atacadas por el simple hecho de hablar de religión. Por alguna extraña razón, algunos individuos automáticamente asumen una posición defensiva con respecto a cualquier discusión relacionada con el tema, máxime si el interlocutor profesa un credo diferente o en el peor escenario no profesa ninguno.
No suelo discutir con nadie sobre mis creencias porque considero que es algo muy personal que no debe ser validado ni compartido con ninguna persona, pero si quiero discutir el hecho de que otro imponga a como de lugar las normas, reglas o mañas de su culto, iglesia, credo, dios o como quieran llamarlo.
La duda me asalta, ¿es acaso la voluntad de cualquier dios, lo suficientemente legitima o fuerte como para imponerse por encima de cualquier explicación, razón o argumento? O en el peor de los casos, ¿imponer cualquier capricho por absurdo que parezca sobre las ideas de cada persona, cometiendo todo tipo de arbitrariedades en contra de los que profesan una religión distinta?
Casos como el de personas autoritarias que prohíben arreglos navideños, porque su culto no celebra en la navidad, o aquellos jefes que reúnen a sus empleados, de manera voluntariamente obligatoria, a darles charlas sobre la palabra de dios me parecen lo mas obtuso del mundo. ¿Acaso no somos libres de creer, creer menos, no creer o dudar de creer? ¿O es que tenemos que rezarle todos al mismo dios? De por dios que jartera siquiera pensar en eso.
Solo pregunto: ¿A quién le importa en que cree el otro? mientras nadie invada el espacio de sus semejantes, deberíamos ser libres de hacer con nuestro credo lo que nos venga en gana. O ¿es acaso mejor persona uno que se arrodilla frente a un ser superior distinto? Para mi es la misma vaina un pederasta católico, un mafioso cristiano, un terrorista musulmán, bígamo mormón que un asesino en serie ateo, y su creencia o fe no lo hace menos culpable de sus acciones que los mundanos que no profesan ninguna religión, antes por el contrario deberían avergonzarse de contradecir esos preceptos de armonía y convivencia que imparten sus propios credos.
Esto es de nunca acabar y ojalá no me lapiden por mi opinión, es más, probablemente no lleguemos a ninguna conclusión, y seguiremos hablando del tema, escribiendo, discutiendo y en el peor y mas obtuso escenario posible, matando.
En lo personal, cada vez que observo una conducta arbitraria con el único argumento de diferencia de credos recuerdo una frase que alguna vez leí en un blog: "Dios líbrame de tus seguidores".