Paredes carcomidas por la humedad, camillas con delgadas colchonetas, urgencias sin oxígeno y médicos sin trajes de protección son los insumos que tiene el Amazonas para hacerle frente al acecho del COVID-19. El primer contagio, vía Tabatinga, la frontera con Brasil, se dio el 5 de abril, hace un mes, y ya son 230 los infectados por el virus. El servicio médico de Leticia está superado y se teme que el contagio avance a otras poblaciones.
Leticia cuenta con dos los hospitales: el San Rafael, público y la Fundación Clínica Leticia, privada. Entre dos suman 68 camas para hospitalización normal y ocho de cuidados intermedios. Hay 13 espacios acondicionados para atender pacientes con coronavirus. No hay Unidades de Cuidados Intensivos. Son 29 los médicos, dos anestesiólogos, 29 enfermeras y 87 auxiliares de enfermería el equipo humano de atención en salud.
El gobernador Jesús Galindo, elegido con el aval de los conservadores y el Centro Democrático, contrató el pasado 8 de abril a Construcciones Civiles Acosta Ingeniería SAS para adecuar la unidad de pediatría para atender pacientes de coronavirus. El contrato quedó firmado por $862 millones pero después de doce días las obras no habían iniciado. Sin embargo, la Gobernación asegura que para el próximo viernes esta zona estará lista. Galindo adecuó entonces cuatro carpas de la Brigada 26 del Ejército, con capacidad para 80 camas, para ubicar al resto de paciente que llegaran remitidos de otras poblaciones.
Ante los problemas administrativos y presupuestales del Hospital San Rafael, la Superintendencia de Salud ordenó la intervención forzosa, removió del cargo al director; designó a Albert Ferney Giraldo como interventor. Por su parte, las directivas de la clínica anunciaron un proyecto de adecuación de una unidad de cuidados intensivos, pero pareciera que la veloz expansión del coronavirus no da tiempo.
Puerto Nariño es el segundo municipio del Amazonas, donde ya se confirmó el primer contagiado asintomático, solo hay un hospital de primer nivel.
En el centro de salud hay todo el sistema es a mano para manejar historias clínicas, facturación y papelería. Hay tres médicos generales – dos en año rural-, 2 enfermeras jefes, 4 auxiliares, una odontóloga y un bacteriólogo rural.
No hay elementos de bioseguridad, balas de oxígeno, camillas en buen estado ni medicamentos para manejar patologías básicas. En caso de que una persona requiera mayor atención, está disponible un bote para ser trasladada a Leticia por río.
La Chorrera, en el corazón de la selva amazónica con una población de 3.400 habitantes mayoritariamente indígenas, solo cuenta con un centro de salud con cinco camas de hospitalización: tres en el recinto y dos en los pasillos. Con un calor sofocante, el servicio eléctrico solo opera tres horas al día. Hasta este fin de semana no se contaba con tapabocas, batas y protectores de bioseguridad, ni medicamentos para enfrentar la pandemia ni otras enfermedades.
Erika Buritica, médica que hace su servicio social en el Centro de Salud, difundió esta denuncia a varias ONG. Su caso será llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la ONG Human Rights Colombia.
En medio de la selva, otros seis puestos de salud distribuidos en los corregimientos de: La Pedrera, Tarapacá, Mirití, Puerto Santander, Puerto Arica y El Encanto, aunque articulados a la red del Hospital San Rafael, funcionan a media marcha. Están a kilómetros de distancia con acceso solo por vía aérea a través de vuelos chárter desde Leticia. Comparten la carencia de medicamentos, el deterioro en la infraestructura física, intermitencia en los servicios de agua y electricidad y escaso personal médico.
En Leticia preocupa además la triple frontera con Brasil y Perú, con quienes hay intercambio económico y social permanente. Ambos países con muchos contagios. Del lado de la frontera peruana, en la isla de Santa Rosa hay más de 21 contagiados e Iquitos, la ciudad más cercana, son más de 628. Del lado brasilero, la capacidad hospitalaria de Tabatinga está superada en un 200% con 113 personas infectadas y Manaos, la capital comercial de esta zona, tiene más de 4.072 casos confirmados.
El ministro de Salud, Fernando Ruiz visitó el pasado fin de semana Leticia, para lleva de paso varios insumos médicos, hacer la formalización laboral de otros 26 médicos y verificar la instalación de la máquina de pruebas COVID-19.
Aunque los recursos intentan solventar la crisis, los médicos de los corregimientos denuncian que éstos no están llegando a sus territorios. Las estadísticas del Ministerio de salud preveén que de los 79 mil habitantes en el Amazonas, 2.086 requerirán hospitalización, 695 cuidados intermedios y otros tantos requerirán cuidados intensivos, lo que plantea un escenario de salud y supervivencia a la pandemia complicados.
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