Todo parecía brillar en la carrera del teniente coronel Jorge Enrique Hurtado al lado de la vicepresidente Francia Márquez. Le había ganado su confianza y se había convertido en su sombra tanto en las apariciones públicas como en sus movimientos privados, incluida la coordinación de seguridad para desplazarse a su casa-finca en Dapa cerca a Yumbo en el Valle del Cauca
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Su cercanía lo llevó a saber todo sobre la vicepresidente la confianza de ésta con él, lo llevó a salir en su defensa ante la decisión del ministro de Defensa de removerlo del cargo y pedir su baja.
Fue por decisión del anterior director del Policía el general Henry Sanabria, el teniente coronel Hurtado fue promovido a ocupar un cargo de tan alta responsabilidad. Hasta entonces hacia una carrera, que iba en ascenso en la Policía antinarcóticos.
A finales del 2019 y cuando el gobernador de Antioquia Luis Pérez se preparaba para entregarle el cargo a su sucesor Aníbal Gaviria, el 26 de noviembre, no quiso irse sin condecorar a quien había manejado la actividad de antinarcóticos en el departamento, el teniente coronel Hurtado.
Además del reconocimiento regional, la institución también los promovió con un nombramiento clave en 2020: comandante del Grupo de erradicación de cultivos ilícitos y jefe del área de Interdicción de la Dirección de Antinarcóticos cuyo jefe directo era el entonces mayor general Jorge Luis Ramírez. La responsabilidad la adquirió en plena pandemia.
No pasó un año cuando ya estaba ocupando el cargo de jefe de área de erradicación de cultivos en Tumaco y Putumayo, en 2021. En este importante cargo el oficial se quedó hasta qúe fue trasladado a la Dirección de protección, como jefe de seguridad de la vicepresidenta Francia Márquez, puesto al que llegó en septiembre de 2022.
Fue precisamente en esos dos años donde aparece registrado el enriquecimiento injustificado que habría llevado al comité de generales encargados de evaluar los ascensos, a desechar el nombre de Hurtado. Según la investigación que se adelanta en contra del policía, el teniente coronel Hurtado entre 2020 y 2021, adquirió 11 bienes por un valor de cercano a los 5 mil millones de pesos, entre los que hay apartamentos y lotes en Tulua, Truillo y Santa Marta.
Pero este es solo el comienzo de un proceso que puede terminar con consecuencias penales de comprobarse la posible asociación del aumento patrimonial en cabeza de su esposa con dineros recibidos por narcotraficantes para facilitar su tráfico en el puerto nariñense, clave en la ruta del Pacifico y Santa Marta, otro punto crucial para la salida de la coca por la ruta del Caribe.