El miércoles 1 de mayo se celebra el Día Internacional del Trabajo, una lucha que ya sobrepasa los 100 años y que empezó buscando una jornada laboral justa que permitiera a los trabajadores de las fábricas reducir de 18 a 8 horas el tiempo que le dedicaban a sus trabajos.
El contrabando es un flagelo que no le da tregua a la industria nacional. Solo durante el último año se han decomisado más de un millón de productos de contrabando. Los sectores más afectados son textil, calzado, perfumería y licores.
Por cuenta de la cantidad de ropa que ingresa de contrabando al país procedente de países asiáticos, especialmente de China son más de 600.000 empleos los que se han perdido. Los empresarios textiles nacionales se ven en incapacidad de competir con prendas de valores irrisorios. Jeans que ingresan con valores de 3.000 pesos, cuando solo el metro de tela para fabricar uno en Colombia vale 16.000 pesos.
El contrabando se alimenta además del lavado de activos, lo que hace aún más aguda la situación. De acuerdo con el brigadier general Juan Carlos Buitrago Arias, director de la Policía Fiscal y Aduanera, son 51 las estructuras criminales dedicadas al contrabando que se han desmantelado en los últimos doce meses, esto ha llevado a 300 capturas y al decomiso de mercancía valorada en 40.000 millones de pesos.
Yansen Estupiñan, gerente del GranSan Victorino, confía en que todos unidos podemos proteger los empleos que genera el sector. Esto se logra comprando colombiano, acudiendo al comercio formal y rechazando la ilegalidad. “La moda nacional tiene diseño, calidad y tendencia y cuando la apoyamos estamos fortaleciendo a las familias en Colombia no en Asia que es de donde llega el producto importado”.
En este día del trabajo, la lucha se enfoca en que el gobierno nacional honre su compromiso no solo de generar más empleos, también de proteger a la industria que lo genera y que por falta de implementación de medidas que las protejan de la ilegalidad se han visto forzadas a despedir miles de empleados y en algunos casos, a cerrar de manera definitiva.