Menos de 20 días llevamos los colombianos con el electo presidente Iván Duque, y Marta Lucia Ramírez, primera mujer en llegar a ocupar el cargo de vicepresidente de la República. Duque, tras su impresionante resultado electoral, se convierte en el más joven de los mandatarios que haya tenido Colombia en su historia reciente; lo que nos muestra como un país a la vanguardia, en el sentido, en que entró a la era de una verdadera inclusión desde las cabezas de gobierno. Duque y Marta Lucia representan dos nichos poblacionales que en política han sido relegados por años, los jóvenes y las mujeres en el poder, en hora buena.
En las elecciones presidenciales de 2014, la hoy vicepresidente, usó el eslogan “un gobierno diferente, un país para la gente” en ese momento no fue posible hacerlo realidad; pero en 2018, esas líneas sí que cobran vigencia. Un gobierno diferente: sí, uno donde el presidente es un joven de menos de 45 años y en la vicepresidencia una mujer ese ¡sí que será un gobierno diferente!, un país para para gente. Ya vimos el primer acto formal del presidente electo: asistir a cumplir la promesa que le hizo a los habitantes de Gómez Plata, un pequeño municipio antioqueño de no más de 15 000 habitantes, recorrió sus calles y estuvo cercano a los pobladores, un presidente de la gente.
Es que si bien es cierto Iván Duque es bogotano de nacimiento, no es tan cachaco como lo es quien le entregara la presidencia el 7 de agosto, gracias a su ascendencia tolimense por su madre y antioqueña por su padre, es un líder que garantiza interpretar el sentir de las regiones. Su visita a Hidroituango muestra que no será un presidente de escritorio y ruedas de prensa en palacio; muy por el contrario dejó ver que cada fin de semana estará visitando los municipios del país para nutrir sus políticas desde los territorios, para que como el mismo mencionara, lo conviertan en el presidente de la justicia social.
Gracias a su ascendencia tolimense por su madre
antioqueña por su padre,
Duque es un líder que garantiza interpretar el sentir de las regiones
Pero esa justicia social deberá estar acompañada de varias reformas fundamentales. La primera de ellas, tributaria; que deberá esta vez ser, verdaderamente tributaria y no solo una reforma fiscal camuflada como siempre lo hacen en el país; la reforma pensional urgente, pero ojal y no sea a´costa de aumentar la edad o disminuir el valor de la de sobrevivencia, resultaría más efectivo la complementariedad del régimen público y privado; una reforma a la salud, que lleve a reducir o cancelar la deuda de 7 billones con las EPS, y el déficit fiscal del sector de 1,5 billones, que se mitiga con formalización laboral, de este modo se reduce el ingreso a régimen subsidiado, pero también con un mejoramiento de prestación de servicio tan solicitado por los colombianos.
Son muchos los retos del nuevo gobierno, que Duque deberá enfrentarlos dando la cara a la gente, explicando y promoviendo las transformaciones que un país en posconflicto pero con huecos fiscales inmensos requiere. No todo será color rosa, unas serán de cal, otras de arena; pero si se hace compartiendo con los ciudadanos e invirtiendo en lo realmente importante, este será el gobierno de las oportunidades para todos que lleve a ser competitivo el país y con una clase media emprendedora; bienvenidos los talleres “Construyendo país” para que todos los colombianos nos unamos al gobierno diferente, para devolverle el país los colombianos.
@josiasfiesco