Soy ciclista recreativo y amo el deporte que más éxitos y satisfacciones le ha dado a Colombia.
Vivo en Florencia, Caquetá, y es sencillamente espectacular salir en mi bici a disfrutar la exuberancia de la región, una de las más hermosas que he recorrido en muchos años de travesías por los cuatro puntos cardinales del país.
Puedo afirmar con alegría y satisfacción que por mi trabajo y decisiones personales conozco todas las regiones del país y he venido aprendiendo de ellas cada vez que converso con la gente en las comunidades.
¡Qué Colombia tan rica, diversa y variopinta!
El plan es hacer deporte para mantenerse sano y en forma, rodar con amigos, conversar de bicicletas, licras, cascos, repuestos y, claro, de nuestros ciclistas profesionales que compiten acá y en Europa, mientras disfrutamos paisajes y nos detenemos en uno de los muchos ríos o cascadas a reírnos y hacer millones de selfies para las redes sociales.
Se trata de salir en grupo para que la experiencia resulte más agradable.
María, Gloria y Viviana salen a montar porque Patricia, Claudia y Ana lo harán.
Tonificamos nuestros cuerpos y hacemos vida social.
Igual pasa con Ricardo y cuatro amigos más.
Sin embargo, esta pandemia nos ha obligado a replegarnos y no poder disfrutar muchas cotidianidades. Debí detener mi bici y abstenerme no solo por las restricciones de movilidad ordenadas por los gobiernos nacional, regional y local, sino por la convicción que la propagación se multiplica si practico mi deporte, que naturalmente se hace por carreteras entre autos, motos y otros ciclistas, es decir, entre los vectores del virus.
Salimos convocados por clubes que acá fueron creados y son liderados por los dueños de los almacenes de ciclismo, lo cual no deja de convertirse en un pequeño círculo consumista y comercial dado que quien convoca es quien vende, arregla, reúne y da las pautas.
A pesar de ello, el círculo social se hace especial porque reúne a muchas personas con un interés común y se hacen amistades.
Por estos días se han movido mucho las redes dado que las autoridades locales están impidiendo que los ciclistas salgan de los municipios o ingresen grupos de rodadores, generando molestias entre los aficionados, acostumbrados ya a tener una vida social todos los sábados y domingos y por lo menos dos veces entre semana.
Si bien resulta absurdo negar las bondades del deporte, también los riesgos en salir y admitir que al rodar estamos multiplicando el contagio.
Usar mascarilla mientras voy subiendo, descendiendo o pedaleando en plano, es muy incómodo porque dificulta la buena respiración. Además, la mascarilla se humedece por el ambiente y en consecuencia la medida de contención se pierde.
De manera que para hacer deporte y exigirme físicamente, no para hacer mandados o diligencias, la mascarilla me ahoga.
Es decir, salgo a hacer deporte y socializar sin las medidas de protección todo el tiempo.
Algunos me replican diciendo “pero loco, vamos a la montaña y allá no hay virus, no necesitamos mascarilla”.
Es decir, usamos la mascarilla en la ciudad para evitar el contagio las mismas personas que nos reunimos para conversar de ciclismo, pero nos la quitamos en la montaña. No tiene sentido.
Todos, seamos ciclistas o no, somos vulnerables a la enfermedad en la ciudad o en la montaña y nunca tendremos la certeza que todos nuestros amigos con quienes salimos estén libres de COVID 19.
Abro una cita para mencionar a Mauricio Quiroga, médico anestesiólogo, quien escribió en el diario El Tiempo lo siguiente:
El doctor Bert Blocken (profesor de Ingeniería Civil en la Universidad Tecnológica de Eindhoven, Holanda y del KU Leuven en Bélgica) ha venido desarrollando la idea (comprobada en túnel de viento y con estudios de tipo aerodinámico) de guardar la distancia de 1.5 metros para que los aerosoles respiratorios hagan una curva de caída y terminen en el suelo, las cuales se han hecho con personas quietas, sin movimiento.
(...)
Importante este llamado de atención, ya que se tienen en cuenta condiciones adicionales como el viento y el grado de exhalación que realiza una persona con el ejercicio especialmente en la trayectoria en línea recta y que puede contaminar o exponer a la persona que la sigue detrás.
(...)
Tomando en cuenta las distancias a las que viajan los aerosoles respiratorios durante la exhalación forzada, se aprecian estos datos: normalmente, una persona al toser, lanza al aire 6.7 mg de saliva a una velocidad de 22 metros por segundo (m/s) y este aerosol viaja a una distancia de 2 metros.
(...)
Entonces, en resumen, una persona A caminando a 4 km/h puede tener diseminación de sus aerosoles hasta 5 metros alcanzando entonces el torso de otra persona B que esté detrás, en línea con la persona A.
Al correr o montar en bicicleta a 14 km/h esta distancia es cerca de 10 metros. Recordemos que 1.5 metros es la distancia social entre dos personas estando quietas.
La mejor sugerencia es, entonces, mantener la distancia social entre personas caminando rápido. Quienes corren o hacemos ciclismo, entre 5 y 10 metros y a mayor velocidad, mayor distancia (bicicleta a 28 k/m = distancia de 21.6 metros).
Si el estilo de vida es practicar ciclismo recreativo en grupos y seguimos haciéndolo en esta pandemia, estamos multiplicando el contagio.
Yo deseo volver a salir. Me hace falta. Quiero regresar a los ríos y cascadas, compartir con los amigos y sentir ese dolorcito sabroso en los músculos cuando voy subiendo. Pero en estos días en que los contagios se multiplican no es responsable.
Veo en las redes a diario las selfies de los grupos de ciclistas y me asombro. Esto contraría el espíritu sobre “hacer deporte es salud”.
En estas condiciones, hacer ciclismo social y recreativo no es saludable.
Pregunto: ¿estamos los ciclistas recreativos en condición de salir solos y mantener distancias mayores a 22 metros cuando estemos en carretera y una vez abajo de la bici a usar las mascarillas cuando nos encontremos con los amigos en el alto tomando jugo?
¿Estamos presionando a los alcaldes para que nos dejen salir a montar, bajo la excusa de hacer deporte y desestresarnos, para encontrarnos todos en el río y hacer reunión social allá?