En los 32 años de neoliberalismo han sido múltiples las intentonas por privatizar y/o marchitar la institución del Sena, como una entidad de formación profesional, entendiendo que sus competencias están determinadas fundamentalmente en ese marco, es decir, la formación para el trabajo centrado en el aprendizaje y con la modalidad de un contrato de trabajo al aprendiz.
Salvado el Sena de la privatización tanto en 1993 ante los embates del gobierno de César Gaviria con una ley de iniciativa popular 119 de 1994 y posteriormente de las arremetida de los dos períodos de Álvaro Uribe con facultades extraordinarias que le dieran oportunidad de desmantelar la institución y que fueron bien sorteados por los trabajadores y alumnos, así como por los sindicatos y otras organizaciones sociales y políticas.
Sin embargo, muchas medidas siguen obstaculizando el buen desempeño misional que le corresponde.
Su presupuesto inicial derivado de las rentas parafiscales, que podían crecer aparejado al crecimiento económico y laboral del país, fue desmontado en más del 70 % por la reforma tributaria del primer gobierno de Santos, dejando en la incertidumbre y mayor desconfianza por los recursos para adelantar la misión de la entidad. Esta se ha convertido en un desgaste año por año para que la tecnocracia del Ministerio de hacienda cumpla la ley y al final le ha terminado recortando el presupuesto.
____________________________________________________________________________________________
Hay una creciente tendencia al desbarajuste de la formación profesional que imparte al Sena
____________________________________________________________________________________________
De otra manera, hay una creciente tendencia al desbarajuste de la formación profesional que imparte al Sena, para convertirla en la mayor entidad de educación superior del país, ante los continuos recortes a la educación básica y superior.
Adicionalmente se expide la ley 789 de 2002, aquella que redujo los recargos nocturnos y el pago de dominicales y festivos, eliminó el carácter laboral del contrato de aprendizaje, con lo cual se desmejoraron sus condiciones y modificó la obligatoriedad de contratación de aprendices y permitió que en vez de dicha obligatoriedad, los empresarios prefieren pagar el valor de dicho contrato como monetización para destinarlos al Fondo Emprender. La situación es que se dejan de contratar 189.000 aprendices para invertir en el Fondo Emprender que permite la creación de solo 7000 empleos. Es el desbarajuste neoliberal frente al aprendizaje.
De otra forma, en las épocas del uribismo en el Sena se propició montar un Sena paralelo para hacer las normas de competencias laborales en Mesas Sectoriales, desinstitucionalizando los Comités Técnicos de Centro donde hay representación tripartita como en todas las instancias de dirección, pero que además tiene representación la academia.
Con ello, hay un total desprecio por la estructura que estableció la ley 119, obvio, con el propósito de poder socavar la entidad y prepararla para su marchitamiento y/o privatización.
A todo lo anterior, que es grave, se suma la absurda situación, de que mientras solo se tiene una planta de personal de cerca de 10.000 funcionarios, vinculados mediante la meritocracia, hay otra realidad de 32.800 contratista, con vinculación laboral precaria, desconociendo sus derechos y sometiéndolos a la inestabilidad laboral y ser presos del clientelismo y la politiquería y con lo más grave, perdiendo la pertenencia y memoria institucional.
Con la llegada del gobierno del cambio encabezado por el presidente Gustavo Petro, debe aplicar una política que cambie todas estas situaciones promovidas por la tecnocracia neoliberal y muy especialmente si se tiene en consideración la necesidad de tener un Sena para desarrollar en materia de formación profesional, las actividades necesarias para apoyar el desarrollo productivo tanto del sector agropecuario como industrial.
El Sena le puede servir a ese programa del cambio del presidente Petro, pero solo a condición que rectifique la visión neoliberal que le han impuesto en estos 32 años. Si bien es cierto, no será de un día para otro, debe empezar a cambiar.
Posdata: En los 100 días del gobierno, el próximo 19 de noviembre, participemos en la movilización social pacífica de respaldo. Es la mejor respuesta al desafío del uribismo que pretende desde ya desestabilizarlo.
Twitter: fabioariascut
