Una madre es la memoria de nuestro ser, no solo en lo genético; sino también en lo moral, es la base de la subsistencia de todas las especies. La vemos en todos los seres vivos, animales y vegetales, de ella depende nuestra existencia y en algunas especies nuestra subsistencia durante nuestros primeros años de vida; esta tarea es realizada consiente o instintiva de manera abnegada, muchas veces a costa de su propia tranquilidad; es por ello que el día de la madre se celebra en todo el mundo como una de las fechas más especiales del año.
Me disculpo de antemano, porque no soy ajeno a ese sentimiento y a pesar de que mi pluma estaba enfilada para analizar los hechos políticos y jurídicos de este convulsionado país, mi corazón y mi mente me impulsan a escribir sobre ella, mi madre Elenita.
Como no soy el primero que escribe sobre mi madre, me inspirare y tomaré algunos apartes del literato Pablo Emilio Obando, quien en su gran generosidad enfiló su pluma para rescatar su vida y su obra.
Tras su partida aquel fatídico 26 de mayo del año 2005, deja en el recuerdo la familia Lagos Campos y su descendencia un legado, “que en su caso fue bueno, noble y generoso”. Fueron grandes las expresiones de afecto tras su partida, dentro de las cuales se destacan las de “su familia, amigos, entidades y empresas” junto a quienes compartió y enseñó con su ejemplo en “los roles de madre, empresaria y compañera.”
Fue una madre ejemplar, ciudadana pulcra, amiga inigualable y una emprendedora leal; pues fue en el desarrollo empresarial donde encontró la oportunidad para ayudar a los demás; quienes trabajaron con ella la recuerdan como a una amiga, una protectora y una guía, sus competidores la respetaron por su solvencia moral y las asociaciones gremiales por su solidaridad.
Las directivas de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) la destacaron como “una de las mejores empresarias de la capital nariñenses por ser quien promovió con su ejemplo y liderazgo la unión gremial”.
Luego en un comunicado dirigido a la opinión pública y leído en nota de estilo, destacaron que “Durante más de veinte años la tuvimos como miembro activo de Fenalco Nariño, tiempo en el cual se preocupó porque especialmente en su sector, el droguista, todos trabajaran bajo el principio de la honestidad y la lealtad, al que nunca renunció”.
Su actividad no solo se limitó a lo estrictamente empresarial sino que se extendió hacia los demás, encontrando en la filantropía su mayor realización. Su “pérdida es irreparable, pero testamentaria de un legado indeleble en la sociedad en general y en el gremio empresarial, lo mismo que en su familia: Sin duda alguna que hemos perdido una amiga, una líder en nuestro campo y una competidora leal a toda prueba…”.
Como hijo siento y comparto lo expuesto por el literato nariñense: “su mejor legado consiste en la conformación de una familia que supo orientar, dirigir e impulsar por los senderos de la honestidad, el trabajo y la unidad. Su vida la consagró a las causas empresariales teniendo siempre en mira el impulso profesional y familiar de los suyos, a quienes consagró sus mejores días y esfuerzos”.
El inicio de su vida se encuentra enmarcada dentro de la historia política de Colombia, agravada por los hechos sucedidos en el sur del Tolima, en lo que conocemos como la Violencia Política; por lo que “desde muy joven debe enfrentar los retos de la vida y en momentos en que la violencia bipartidista en Colombia toma visos de tragedia debe abandonar su tierra natal, Tolima, para emprender un largo viaje hacía el Departamento de Nariño, (tierra a la que adoptó como suya).
Conoce a quien fuera su esposo, don Enrique Lagos, con quien emprende un fascinante camino por los senderos de la existencia. Creando una frondosa familia, la cual cultiva con esmero y la hace florecer en los difíciles caminos de la vida republicana, sembrando siempre en los corazones de cada uno de sus hijos ese sentimiento de nobleza y amor por las cosas simples y la fortaleza del espíritu.”
Pero el más hermoso de los tributos a su memoria lo he encontrado en el género de la poesía neotremedista, con dos poemas que reflejan sus vivencias y su lucha dentro del contexto bipartidista de la historia de Colombia:
“Viajaron de Noche” es un poema “que esboza en sentidas palabras la travesía de sus padres en la búsqueda de esa Tierra Prometida en la cual puedan plantar sus sueños, anhelos y deseos. Se encuentran dos destinos con el alma herida, pero con el temple intacto para superar todos los desafíos de la existencia. “Viajaron de noche” es la expresión de un tejido familiar que nunca cesará de terminarse y que con el transcurso de los días permite a los suyos mirar el provenir con la tranquilidad y la satisfacción de saberse herederos de una valerosa y valiente mujer que miró siempre entre sus ojos el destino exuberante de su sangre y de su alma. Adentrémonos en la noche para percibir los rumores de un nuevo día, para elevar el alma y el intelecto en el recuerdo de esas gestas, luchas y angustias que forjaron su alma sembrando entre los suyos esa inmensa capacidad de lucha y resiliencia”.
https://esnoticia.co/noticia-108256-viajaron-de-noche-en-memoria-de-maria-helena-campos-de-lagos-
Por su parte “Eso que llaman plebiscito” es un poema “hecho con sentidas palabras para describir esa travesía que hicieron sus padres en la búsqueda de ese edén en medio de la guerra que arrasó con sus parcelas; para tras una ardua lucha en la búsqueda de la paz de los colombianos, plantar esa semilla que germinó con sus sueños, anhelos y deseos en estas tierras del sur, donde se reencuentran esos dos destinos con el alma herida, pero cargando en valijas esas semillas de amor y de esperanza” realizado en la antesala del polémico plebiscito por la paz que el 2 de octubre de 2016 buscaba un mecanismo para consolidar los acuerdos de Paz, precisamente con el grupo insurgente que nació en el sur del Tolima en épocas de la violencia, tras el mito fundacional en Marquetalia.
https://esnoticia.co/noticia-113863--eso-que-llaman-plebiscito
Se escribirán poemas sobre ti, le dije alguna vez abrazándola en los momentos más aciagos de su vida.
Gracias Gaia.
*Escritor y poeta neotremendista.