Si yo estuviera preso por delitos gravísimos y me convirtiera en pieza clave de una investigación que pone en peligro a una organización mafiosa ni por el chiras se me ocurriría escapar.
Ojalá y esté equivocado al pensar que Aída Merlano peligra más estando en fuga que estando resguardada y segura en una cárcel especial.
¿Las razones?
1. Ya fue condenada y su caso es cosa juzgada. Mal o bien su colaboración con la justicia le podría traer grandes beneficios como reveladora del secreto a voces que es la compraventa de votos.
2. Al huir agrava su situación jurídica por obvias razones y le despoja de toda duda razonable y de credibilidad.
3. Si fue auxiliada por los que ella aludiría en su delación, mal paso, que sin lugar a dudas sería una trampa que terminaría con su desaparición y/o asesinato.
4. Un posible secuestro, al estilo cianuro, en el que la víctima aparece huyendo por medios propios, pero que no se sabe si fue forzada a hacerlo y que su finalidad sea el homicidio para no dejar evidencias.
5. ¿A dónde puede ir un fugitivo de este tamaño?
Venezuela: descartado, por pertenecer al grupo derechista que gobierna y que por lógica no le daría una cordial bienvenida.
Perú. imposible, ante la crisis institucional que vive y la inminencia de un enfrentamiento civil.
EE. UU.: dolores para el parto que vive Trump.
Bolivia: ídem Venezuela.
Ecuador: posiblemente
¡Quién sabe cuánto tiempo va a pasar antes de que la volvamos a ver!