Infortunadamente durante mucho tiempo en Colombia hubo una fuerte oposición entre dos elites políticas que tuvieron el control y arraigaron su poderío a lo largo y ancho del territorio nacional. Esto nos dejo varias herencias, una de ellas las ansias de preponderar que tienen hoy nuestros gobernantes a las puertas de cumplir con la parte de nuestra constitución que reza la capacidad de “Elegir y ser elegidos”.
Si bien se entiende, y en razón de nuestras leyes somos un país democrático y de estado social. Sin embargo, por estas fechas se ha convertido en un mercado donde los afectos son muchos, los compromisos se despilfarran y en donde el país siempre termina desinflado en muchos aspectos.
Numerosos son los intereses y mas los interesados a la hora de un voto, La lluvia de candidatos abarrota las calles con publicidad y entonces se hace más difícil votar a conciencia que por ganancia o utilidad. Uno de los desconsuelos a la hora de votar, es que los nombres y apellidos de los candidatos son los mismos, luego, se está sorteando el país con rumbos parecidos y por lo tanto los resultados serán similares a los vividos en años anteriores. ¿No se cansan de hacer parte del selectivo mundo gubernamental? Porque el pueblo si, de que quienes lleven las riendas de este tren sean los mismos personajes. Por lo tanto, se está rifando el poder a modo del histórico ´Frente Nacional´ y lo que se vaya a hacer a las urnas no valdría la pena.
No se necesita ser un estudioso de la política para saber que es un mundo totalmente lucrativo. Tanto se usa y se abusa del mando que nuestras instituciones están vilmente plagadas por la corrupción y se han convertido en organismos disfuncionales y clasistas.
Daré mi voto, claro que lo hare porque es la forma de participar y decir que es más importante la democracia que la seguridad y que a su vez lo único que da seguridad es la democracia participativa, esa que no fusiona izquierda y derecha, sino que usa la dialéctica para llegar al bien común que yo concibo como la paz donde este pueblo no invierta más en defensa nacional contra la insurgencia sino en Educación y bienestar.
Tal vez necesitemos otra independencia, pero esta vez de mentes y voluntad que nos mantiene en “subdesarrollo inducido” con nuestros potenciales en opresión y con una política