En un día histórico, el 25 de agosto de 1951, se constituyó Ecopetrol, la empresa estatal colombiana creada por Ley 165 de 1948. En su nacimiento jugó un papel fundamental la lucha heroica que a través de muchos años libraron los trabajadores petroleros, que les costó despidos masivos, encarcelamientos, destierros, asesinatos y cuya máxima expresión fue la portentosa huelga de 1948 de los obreros de la antigua Tropical Oil Company, más conocida en esa época como la “Troco”. Huelga dirigida por la Unión Sindical Obrera USO, que contó con el total respaldo del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán.
La creación de Ecopetrol fue un gran logro para la nación y un avance para su desarrollo económico. Durante años ha sido la empresa estatal por excelencia y la fuente de riqueza más importante del país. En los últimos 15 años, antes de que se presentara la caída abrupta del precio del petróleo en el año 2015, significó cerca del 5,5% del PIB, el 23% de sus ingresos fiscales, el 57% de sus exportaciones totales y 75% de las tradicionales y una contribución al desarrollo regional con inversiones del orden de 44 billones de pesos. Con el mejoramiento sustancial del precio del petróleo, las utilidades de Ecopetrol en el primer trimestre de 2018 fueron de 2,6 billones de pesos y un aumento con respecto al mismo período del año pasado del 195%.
Ecopetrol siempre ha estado bajo la amenaza permanente de la voracidad de las grandes multinacionales extranjeras y de poderosos grupos económicos locales, que han buscado asfixiarla, desgajarla y extraerle sus grandes utilidades, para lo cual han contado con la complicidad y el apoyo de distintos gobiernos desde su constitución en 1951. Por ejemplo, Terpel, encargada de la cadena de distribución de combustibles, en 1993 durante el mandato de César Gaviria se da la venta de las acciones que tenía la empresa estatal, sin tener en cuenta sus resultados satisfactorios económicos de 1992 de un crecimiento del 46 por ciento en ventas de gasolina y lubricantes y un aumento de las ganancias en un 58%.
Más tarde en el mandato de Ernesto Samper se crea Ocensa S. A. a la cual le entrega el 28% de las acciones del sistema de transporte del crudo más grande de Colombia pertenecientes a Ecopetrol a varias multinacionales extranjeras. Pero lo peor ocurre en la presidencia de Álvaro Uribe, quien escindió la empresa para crear la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), con lo cual entregó a los inversionistas nacionales y extranjeros toda la información sísmica y exploratoria recopilada durante décadas por el Estado. Además Uribe privatiza el 10% de las acciones de Ecopetrol y desmonta el sistema de Asociación por el de Concesión para recibir la nación unas raquíticas regalías del 8%. Juan Manuel Santos no se queda atrás, vende Propilco, la principal empresa proveedora de polipropileno del país con unas ventas anuales de 600 millones de dólares.
La última amenaza contra Ecopetrol viene de un candidato presidencial quien con el supuesto de acabar con el extractivismo y los combustibles fósiles asestaría un golpe severo contra la petrolera estatal. Pasar de las energías no renovables a las renovables, lo que se denominan energías limpias, debe ser una política estatal, pero no acabar de un plumazo con la empresa más importante del país y con más de 25.000 empleos que genera de forma directa e indirecta.
Además, es importante tener en cuenta que el petróleo es básico en sectores importantes de la industria, ya sea en productos de plástico, materiales sintéticos, productos químicos, ceras, aceites, lubricantes, asfalto, textiles, fertilizantes, productos de aseo, llantas, hasta para instrumentos y piezas médicas. Como se observará, tomará décadas materializar fuentes alternativas al petróleo.
Colombia es diversa en recursos energéticos tiene petróleo, gas, agua, carbón por 100 años, sol, viento, biomasa, entre otros. El 70% de su energía proviene de las hidroeléctricas que es barata y limpia, pero que ha causado graves impactos ambientales por su manejo errático por estar al servicio de intereses particulares. El país solo emite el 0,37% del total mundial de los gases de efecto invernadero. Las energías renovables apenas representan el 0,04% de la energía que se consume en el país. Aunque las nuevas tecnologías han bajado sus costos, todavía siguen siendo altos, instalar un sistema completo de energía solar para un hogar cuesta alrededor de 27 millones de pesos, a lo que hay que sumarle el costo del mantenimiento según la zona donde se encuentre.
Por último, la decisión más realista a la que se debe apuntar es la de que los sucesivos gobiernos realicen toda una planificación en nuevas fuentes de energía sin dejar de fortalecer a Ecopetrol, acabando con la ANH y adelantando un plan de inversión en exploración con una disminución paulatina en los impuestos indirectos en la tarifa de la gasolina para los consumidores.
