Montelíbano es uno de los municipios más ricos de Colombia gracias a las regalías que por décadas han recibido de Cerro Matoso. Como sucede en casi todos los pueblos mineros de Colombia, esos recursos han ido a parar a las arcas de sus acaldes corruptos y sus allegados que por años han sometido a la mayoría Montelibaneces a la pobreza y la carencia de recursos básicos como agua potable o alcantarillado.
En medio de tanta necesidad y pobreza se levanta una parte de la población que ha sido muy privilegiada y que vive con todas las comodidades y hasta lujos. Ellos son los Matoceros, empleados directos de Cerro Matoso. Para alguien de la región, entrar a trabajar en Cerro Matoso es casi como ganar la lotería. Sus empleados directos reciben sueldo muy por encima de la media nacional (es la empresa que ofrece mejor sueldos en el país) y una serie de beneficios que muy probablemente no se encontrarán en otro lugar: Vivienda con servicios pagos, el mejor colegio de Córdoba para que se eduquen sus hijos gratis, clínica propia con opción de traslado aéreo a otra ciudad del país para tratamientos especializados, Bonos por producción que casi siempre están por encima de los 4 salarios integrales, medicina pre pagada, préstamos para vivienda y vehículo sin pagar intereses, bonos pensiónales, bonos por cumplir 5, 10 15 y 20 años en la empresa, opción de compra de acciones preferenciales de la empresa, club privado con servicio de alimentación y bebidas a la mitad de precio, transporte a la empresa en buses climatizados, entre otras cosas.
Como ven, las condiciones laborales de los Matoceros son tan buenas que hasta uno podría llegar a pensar que eso no es posible que se dé en Colombia, mucho menos en un pueblo tan alejado y desconocido, pero así es.
Desafortunadamente, como reza el adagio popular: “Dios le da pan al que no tiene dientes”. Así como no faltan las parrandas en las que los Matoceros gastan su dinero los días de descanso, tampoco faltan las historias de los trabajadores que tienen hijos con dos o tres mujeres y nunca tienen dinero para sostenerlos. No todos son así, pero lo que se ve en el pueblo habla por sí solo.
No contentos con todos estos beneficios, los famosos Matoceros cada 5 años realizan convenciones colectivas, no para trabajar en conjunto con la empresa en aras del mejoramiento de la producción, para determinar la manera de ayudar que se formalicen los cientos de contratistas que trabajan para Cerro Matoso, como se puede ayudar a la comunidad o como obtener otros beneficios racionales, qué es para lo que se supone deben ser las funciones de un sindicato responsable, sino para negociar con la empresa como recibir grandes suma de dinero como bonificaciones a cambio de eliminar beneficios para futuros empleados.
Hoy en día la mina está pasando por una situación crítica puesto que la cantidad de Níquel que se pensaba que había en el suelo se ha reducido casi a un 40 por ciento. Esto quiere decir que para producir una tonelada de producto, se necesita 40 por ciento más de material para procesar, lo que implica una logística mucho mayor y por ende incremento en los costos de producción. A esto se suma la caída del precio del Níquel en casi un 50% desde los años pasado debido a la desaceleración de las economías emergentes, especialmente de China.
En este momento la sostenibilidad del negocio está en entre dicho y la mejor manera de aumentar la producción sin necesidad de contratar más personal, lo que es inviable por los precios del Níquel, es implementar turnos de 12 horas para los empleados de producción de la empresa, como se hace en Ecopetrol, en el Cerrejón o en negocios de minería en el mundo.
El cambio sería así: cambiarían de dos turnos de 8 horas de día por dos días, 8 horas tarde noche por dos tardes y dos tunos de madrugada por dos madrugadas, con dos días seguidos de descanso, por dos turnos de 12 horas 2 días, dos turnos de 12 horas 2 noches y cuatro días seguidos de descanso. Además de aumentar la producción los beneficios están comprobados y corroborados pues estos empleados solo trasnocharían dos noches por turno y no cuatro como lo hacen en la actualidad. Es pertinente aclarar que las horas semanales laboradas serían las mismas 42 que actualmente laboran.
Pues bien, a pesar de todos los privilegios que tienen y las ventajas que este turno les puede traer, los Matoceros de uno de los dos sindicatos que tiene Cerro Matoso, pues aunque parezca increíble hay dos, se ha ido a huelga porque según ellos ese turno los va a perjudicar. ¿Será que estos señores se han puesto a pensar dónde en Colombia van a encontrar un lugar que le ofrezca los sueldos, los beneficios y las condiciones que esta empresa les ofrece? ¿Será que alguna vez en la vida han pasado por la penuria de buscar trabajo y de obtener empleos mal pagos y con contratos temporales?
La economía de este pueblo depende esta empresa y el cese de actividades está perjudicando a más de 50.000 personas que viven en el pueblo. Ya hace seis años, en una huelga anterior, el pueblo se paró 2 meses a causa de una huelga que realizaron estos señores y a causa de ello, muchos comerciantes quebraron, muchas familias sufrieron hambre y muchos otros tuvieron que irse a otros lados para buscar su sustento.
Será que el capricho de impulsar esta huelga, ilegal de por si por que este sindicato no tiene el quórum del total de los empelados sindicalizados, vale más que el sustento de miles y miles de personas que dependen de la producción de esa empresa.
Invitamos a los señores huelguistas a reflexionar y no hacer estos actos que ponen en riesgo no solo la producción de la empresa, sino su permanencia, pues para nadie es un secreto que como están las cosas, una opción es el cierre de la mina.
Si están tan aburridos de trabajar en esta compañía, los invitamos a buscar nuevos puestos de trabajo en otros lugares donde seguramente los atenderán mejor. Si quieren dormir unas horitas de más, tal vez en Bogotá o Medellín, puedan encontrar empleos de 8 horas diarias. Pero no sean tan egoístas de hacernos este daño tan grande por la simple pereza de no querer hacer lo que para muchos en Colombia es un privilegio: trabajar.
