Celebrar el Día de la Madre se remonta a la antigua Grecia donde se le rendía honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades; más tarde en Roma esta fiesta se llamó Hilaria, que se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles durante 3 días. En USA, el 12 de mayo de 1907, Ana Jervis dos años después de la muerte de su madre, quiso conmemorar el fallecimiento y organizó un Día de la Madre para hacerlo con una activa campaña que fue extendiéndose por todo el territorio de los Estados Unidos, hasta cuando años después el presidente Woodrow Wilson declaró en 1914 que la celebración del Día de la Madre sería el segundo domingo de Mayo. Así comenzó a gestarse este Día Internacional que después tuvo eco en casi todo el mundo, “como expresión de amor y reverencia a todas las madres”. Entonces, ¿por qué en Cúcuta esta fiesta tiene lugar el último Domingo de Mayo? Como las fuentes históricas son confusas, quiero terciar en la controversia, solo con el ánimo de ayudar a clarificar este episodio de nuestra historia cucuteña.
Y ahora he querido hacerlo recordando que hace muchas décadas tuve la oportunidad de indagarle a un erudito de la historia, el Pbro. Daniel Jordán, párroco en aquel entonces de la Catedral de la ciudad, cargo que desempeñó tiempos atrás otro líder religioso, el P. Demetrio Mendoza, señalado por algunos historiadores como quien decidió sobre la fecha en mención. Recuerdo que ante mi insistencia, el Padre. Jordán enfatizó en que el cambio de Domingo para la celebración del Día de la Madre en Cúcuta se debió a una decisión entre un comerciante italiano dueño del Almacén que llevó su nombre por muchas décadas, Tito Abbo, y el Padre Demetrio Mendoza quien ejercía un liderazgo ‘sui generis’ sobre la ciudad por allá en 1930; la razón que esgrimieron los dos para el cambio de Domingo, fue la demora de los barcos que traían la exótica mercancía fabricada en Europa y que se vendía en el ‘supermarket’ RIVOLI-TITO ABBO de la época para festejar a nuestras progenitoras.
Frente a este testimonio quedan sin piso las hipótesis que se han hilvanado al respecto. Porque no es cierto que se haya copiado la supuesta costumbre de Venezuela, país hermano que siempre ha celebrado esta fiesta el segundo domingo de Mayo. Tampoco es válida la tesis de que el cambio se debió a que un segundo domingo de Mayo fue testigo del terrible terremoto que arrasó a la ciudad en 1975, fecha que los aterrados habitantes querían olvidar. Menos confiable es la versión que ubica a un español, profesor de teatro, quien dirigió una representación para las madres un último domingo del mes de mayo por el año 1925. Me quedo con la historia del P. Daniel Jordán; retrasar por dos semanas la celebración del día de las madres se debió a una decisión bilateral en vista de que los barcos transportadores de la mercancía no llegaron a tiempo al puerto de Maracaibo, de donde embarcaciones de menor calado las llevaban hasta Encontrados y de allí en tren hasta Cúcuta.
Algunas personas que viven fuera de Cúcuta y especialmente en el extranjero, critican el cambio de fecha porque afirman que no se pueden ubicar para celebrar aquí y allá al unísono; pero ese inconveniente puede convertirse en doble oportunidad para recordar por un tiempo extendido a quienes Dios les dio el privilegio de prolongar la vida en nosotros; obra de El por supuesto. Disfruten madres Cucuteñas de esta fiesta extendida por todo ‘el mes de las flores’.