Colombia lleva años en el listado de paises más corruptos del planeta. Este virus evidenciado casi en toda América Latina, en su máximo esplendor, también toca países de otros continentes, por supuesto. El problema con ese virus y nuestro continente, es la impunidad de la cual goza en muchos países. Mientras en China el año pasado fue condenado a muerte el ex ministro de ferrocarriles, por el delito de corrupción, en Brasil hace apenas un mes a un ex ministro de Lula, le bajaban su pena de casi 11 años a 7, tras pasar por el denominado "juicio del siglo" en uno de los eventos más escándalosos del país de la samba, dado en el año 2005. Esto nos indica, probablemente, el por qué de los índices alarmantes de corrupción en esta parte del mundo. Cada vez se le tiene menos miedo a la condena, por el delito, lo qué hace incrementar los casos.
Nuestro país, es el claro ejemplo de la debacle a la que puede llegar una nación por permitir el acceso de la corrupción como una forma de vida. Además de contar con una importante aceptación social, la corrupción en Colombia es tangible y me atrevo a decir qué todos hemos sido parte de ella en algún momento de nuestra vida civil. Seguramente, muchos de mis lectores en este momento se alarmen y digan "¿Qué tal este atrevido? Yo soy un hombre/mujer honesto (a)". Pues estimados colombianos, les quiero hacer una invitación a que devolvamos el cassette y veamos si hemos caído en este delito (en ocasiones sin mala voluntad) o no.
Antes de empezar a hacer esta autoevaluación, les recuerdo que, desde el campo académico de la sociología, la corrupción es cualquier conducta indebida. Es fundamental, tener plena conciencia acerca de la bidireccionalidad del concepto y aceptar nuestras fallas (tranquilos qué aquí, nadie va a terminar preso). Me gustaría empezar formulando preguntas de fácil respuesta y ágil trabajo de funciones de la memoria ¿Alguna vez ha sobornado, usted, a un policía en carreteras o autopistas del país? ¿En algún momento de su vida, a utilizado los servicios de un tramitador? ¿Ha negociado usted con algún político, para obtener dividendos económicos "bajo cuerda"? Probablemente, el 90% de mis compatriotas me acompañan en la lista de los desastrozos ciudadanos que hemos incurrido en una (o más) faltas de acuerdo a las preguntas formuladas anteriormente. Al 10% restante, le pido que intente buscar en su cerebro escenarios en los que se pudo haber visto, de una forma u otra, en una situación de corrupción. Si alguno de ustedes está, totalmente, convencido de no haber incurrido en acciones de este tipo, le aconsejo dos cosas.
1. Empiece a definir su candidatura para hacerse al título de "El gran colombiano", en la próxima edición del programa televisivo (que actualmente posee el señor Álvaro Uribe Vélez).
2. Vea muy bien la nacionalidad que aparece en su pasaporte y, en caso de que aparezca la colombiana, haga un recorrido por su historia prenatal. Probablemente, usted nació en Estocolmo o Zurich.
Como vemos ma corrupción es un tema que nos involucra a todos. Con esto, por supuesto, no quiero salvar las cabezas de familias como los Moreno o los Arias, solamente, pretendo que asumiendo nuestros actos empecemos a generar un cambio de interés personal y saquemos al país del abismo, profundo, en el que cayó hace años y que, lamentablemente, ha cobrado más vidas que el mismo conflicto armado.
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