El agua es conocida por la humanidad como ese líquido preciado que no puede faltar para nuestra supervivencia, ya que la consumimos a diario en nuestros hogares, colegios, universidades, etc., es así que fue señalada como derecho fundamental, el cual posee tres facetas, según la sentencia T-100 de 2017 de la Corte Constitucional:
(i) Como un recurso vital y valioso para el medio ambiente, la naturaleza y los seres vivos; (ii) como un recurso hídrico indispensable para la subsistencia de la humanidad que se concreta en un derecho colectivo, “por ello, se construyen servicios públicos para su suministro”; y (iii) como “un derecho fundamental referido a la exigibilidad de derecho individual”.
Colombia es uno de los países con mayor abundancia hídrica en el mundo, no obstante, esta se encuentra en su mayoría contaminada por material orgánico de las industrias, el sector agropecuario y las aguas domésticas de los sectores residenciales, dando como resultado la pérdida de la calidad ecológica del líquido. Dicha abundancia, seguramente nos lleva a pensar que el agua en este país no falta ahora ni faltará nunca, pero la actualidad es diferente, ya que no solo la población urbana se ve afectada teniendo el suministro de manera constante, sino también la población rural, debido a que no tiene el acceso al líquido vital de manera apta para el consumo humano.
Esto no solo se debe a la gobernanza del agua que posee cada territorio sobre el recurso y sus inversiones en el fortalecimiento y mejoramiento no solo del servicio de agua potable, sino que, además, en la protección de las cuencas que suministran dicho líquido. De la misma manera, se deben a los cambios en el clima que vienen ocurriendo en los últimos años debido a los gases de efecto de invernadero que es emitido por las diferentes fuentes generadoras en el mundo. Además, en Colombia, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ocurre que:
El cambio climático produce una enorme presión sobre este recurso y se pierde cada año 3% de su área glaciar, por lo que se estima que el 60% de los páramos del país habrá desaparecido en 2050.
Dicha presión se presenta de diferentes maneras, donde la sequía o las fuertes temperaturas durante el verano provocan que las fuentes hídricas disminuyan sus cauces debido a las escazas lluvias que precipitan durante este lapso de tiempo, el cual se conoce como el Fenómeno del Niño, siendo la más notoria en Colombia. Asimismo, en los últimos años dicho fenómeno se ha venido intensificando por las diferentes regiones de Colombia, en donde la región Caribe ha sido la más afectada llevando a sus cuencas a los niveles más críticos de caudal la cual perjudica a la diversidad de especies dependientes de esta.
Estas temperaturas no solo afectan de la manera anteriormente mencionada, sino que también reducen el suministro de agua en las plantas de potabilización y por ende el agua de consumo para la población en general, lo que conlleva a una crisis por el preciado líquido. En resumen, la falta del agua en Colombia no solo se deberá a la gobernanza que se le da, sino que también a la crisis climática desenfrenada llevando todo esto a un conflicto de interés social, económico y medio ambiental.
Ahora bien, si conocemos la actual crisis por el preciado líquido ¿Qué se hace por mantener las fuentes hídricas en Colombia?
Desde 1993, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), acatando con la recomendación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, declaró la protección del preciado líquido designando el 22 de mayo como el Día Mundial del Agua dejando como reflexión que:
“Una gota de agua es flexible, una gota de agua es poderosa, una gota de agua es más necesaria que nunca”
Esto con el fin de que al menos una vez al año se concientice al mundo sobre la importancia del recurso hídrico promoviendo su cuidado y defensa.
Del mismo modo, en Colombia la legislación ha declarado prioritaria la protección del recurso hídrico, no obstante, en algunos casos la normativa es denigrada y atentan contra el preciado líquido de manera irremediable y catastrófica. Por otro lado, la responsabilidad no solo recae ante las autoridades y los entes gubernamentales, sino que también es primordial la participación ciudadana en la protección de dicho recurso.
La acción ciudadana en cuanto a la protección del recurso hídrico es de gran importancia, sin subestimar que estas sean mínimas, ya que juntas llegan a ser notorias. Sin embargo, para que esto ocurra se debe concientizar a la población de cuán importante es el recurso no solo para nosotros mismos sino para los ecosistemas en general. Es, por ende, que muchas organizaciones, asociaciones u estamentos académicos realizan actos sobre el cuidado, ahorro, uso, entre otros, con el fin de dar a entender la problemática en el país y como se puede hacer un aporte a la solución.
¿Cómo podemos cuidarla?
Toma duchas cortas, cierra la llave mientras te cepillas los dientes, repara las fugas y filtraciones en llaves y tuberías, lava los platos de la comida en una bandeja con agua y no bajo la llave, riega el jardín temprano en la mañana o cerca de la noche para evitar que el agua se evapore inmediatamente, tira los papeles y desechos en el tarro de la basura.
Estos son solo unos consejos básicos para minimizar el consumo del agua, los cuales deben ser ejecutados diariamente, no solo estas acciones son en pro del ahorro sino también actividades como la reforestación, campañas de limpieza, entro otras, en los ecosistemas y fuentes de agua para aumentar su equilibrio ecológico y así su producción del recurso vital. Finalmente, aunque muchas cifras sobre la contaminación y disponibilidad de agua a nivel nacional son alarmantes, todavía estamos a tiempo de recuperar el camino. Mientras tanto, uno de los retos más importantes en los que debe concentrarse el país es la implementación de medidas de adaptación y mitigación al cambio climático en los ecosistemas clave, como los humedales, selvas, bosques y páramos para que estos sean protegidos sin olvidar que:
El agua es la fuerza que mueve a la naturaleza.
-Leonardo da Vinci.