Hoy muchos hablan de Cerro Matoso, que si ayuda a la comunidad, que si aporta al desarrollo de la región, pero acá hay en riesgo mucho más que el bienestar de las multinacionales BHP Billiton y South32, dueñas de CerroMatoso S.A.
Lo que está en juego es si vamos a seguir permitiendo que contaminen el medio ambiente y si el Gobierno colombiano se sigue haciendo el ciego con licencias ambientales de mentiras, frente a estudios científicos que confirman que, por ejemplo los niveles de 0cadmio, metal que se usa para hacer las pilas y que es de los más venenosos que existen, excede 1800 veces lo permitido por la ley; o que hay rastros de arsénico en el pelo de los miembros de la comunidad Zenú que por décadas han vivido cerca de las minas de Cerro Matoso.
De hecho, un fallo de la Corte Constitucional confirma con estudios de Medicina Legal que hay relación entre las muertes, las enfermedades y las afecciones pulmorares de los habitantes de la región con todo lo que en el ambiente deja la explotación de las multinacionales.
Exempleados de Cerro Matoso como Turizo, del que hay un video en el que cuenta cómo murió de cáncer, que el oncólogo señaló como producto de haber trabajado en la mina, dan cuenta de una realidad que trasciende la discusión que Ricardo Gaviria Lesmes, gerente de la mina, se empeña en ocultar y que ya busca con la contratación de famosos abogados revertir para conseguir la nulidad de un fallo histórico en la minería a cielo abierto.
Acá se está muriendo la gente, acá las lesiones en la piel se pueden verificar caminando por las comunidades indígenas y negras de San José de Uré y la Apartadá o fuera del casco urbano de Montelíbano. Acá las afecciones pulmonares son el asesino que lento pero seguro acaba con nuestra salud.
No tengo nada contra del progreso, no tengo nada contra las personas que trabajan en la mina. Lo que no quiero es que sigan explotando la tierra como hasta ahora lo hacen. La Corte Constitucional ordenó que consulten con la comunidad y que hasta que no lo hagan no puedan tener licencia, ¿eso es mucho pedirle a las multinacionales BHP Billiton y South32, que por demás tienen investigaciones en cinco países más por contaminación ambiental? La misma Corte los obliga a reparar el daño desde lo cultural y lo social, que lleven a cabo planes de mitigación del riesgo de contaminación de los ríos y del aire, ¿por qué no lo hacen?
El progreso y el desarrollo no deben ir en contra de la salud de las personas. Casos como el de Cerro Matoso se convirtieron en películas que muestran cómo las multinacionales mueven su poder político y económico para seguir explotando la tierra sin importar que con ello pasen por encima de los derechos económicos, sociales y culturales de las comunidades. En esas películas como la de Erin Brockovich, que protagonizó Julia Roberts, una multinacional como South 32 y BHP Billiton durante años contaminó los ríos, la tierra y el aire sin que nadie dijera nada. Afortunadamente en la película, como ahora en Córdoba, ya la justicia falló en contra de los poderosos y a favor de los débiles. Las multinacionales y Cerro Matoso deben reparar a las víctimas y hacer una explotación responsable y concertada con la comunidad.
