El Cauca es un departamento que sufre otra pandemia, pero no necesariamente biológica, tampoco se trata de la mata de coca, tenemos en este departamento un enemigo violento que cada día deja más víctimas indefensas y abandonadas y se suma a tantas tragedias que padece esta región, se llama violencia contra la mujer o violencia de género, son aterradoras las cifras de feminicidios, espeluznante las cifras de atrocidades que se cometen contra la mujer desde las humillaciones, violencia sexual, hasta llegar al asesinato.
En este departamento hay un coctel de flagelos que están acabando con la juventud y una de esas se ha ensañado contra la mujer, débil por su condición; la mujer actual es una persona trabajadora, que sale a buscar a diario su sustento, es una mujer valiente, sobre todo la mujer del campo, que son ejemplo de perrenque, porque vivir del y en el campo no es fácil, el campo tiene una problemática engorrosa, agotadora para este género, trabajar la tierra es algo fatigoso, sin embargo, esta mujer enfrenta cotidianamente la violencia que azota este territorio donde aquella persona frágil no puede tomar sus propias decisiones, no puede ser ella misma, donde el machismo y el patriarcado arruinan su futuro y el de toda una familia, donde la ignorancia del poseedor de una mujer las destruye, por eso no hay semana en el Cauca que las víctimas de violencia de género sean mujeres.
El panorama no es alentador, cómo no conmovernos con las últimas noticias sobre la violencia o agresión sexual que han sufrido más de una decena de mujeres menores de edad con el violador en serie en Santander de Quilichao; se trata del señor con nombre Alcibiades Paz Pajoy, capturado ayer por la Fiscalía Seccional por presuntos delitos como acceso carnal violento, secuestro simple y hurto con base en las denuncias instauradas.
Hoy tuvimos conocimiento de otro caso en el norte del Cauca, específicamente en Caldono, hay repudio tras confirmarse el hallazgo del cuerpo de Andrea Fernanda Collazos Chocué, quien al parecer fue asesinada por su pareja y tirada en la letrina de su propia casa.
Estas son unos de los múltiples casos de violencia de género, producto del machismo de una sociedad patriarcal, donde la mujer no puede tomar decisiones de propio vestuario, de su propio cuerpo, de su propia vida y así terminan, en ser asesinadas la gran mayoría por sus parejas, pero otros casos quedan en duda, como es el caso del asesinato de Ana Manuela Vera Pillimué, le quitaron la vida de una manera brutal en la zona rural de Buenos Aires, Cauca: cuando se dirigía en una chiva a Santander de Quilichao-Cauca fue bajada y asesinada.
Pero estos son solo unos casos, en el norte del Cauca y en todo el departamento, la violencia contra la mujer es más frecuente que una viruela del mono, es decir, esta pandemia trunca los sueños de muchas mujeres en el Cauca, por eso las mujeres del Cauca pedimos respeto por la vida, queremos la paz y esa paz empieza por casa, el flagelo de la guerra y la violencia debe ser erradicada pero para lograrlo se necesita la colaboración de las autoridades de este departamento para que se apliquen las leyes con mayor rigurosidad sobre todo en el feminicidio, no es un homicidio agravado el asesinar su compañera, su cónyuge, además, de un llamado al Gobierno nacional en aplicar las políticas públicas encaminadas a la eliminación de la violencia de género con respeto y admiración hacia la mujer, desde el hogar, desde las aulas, desde el campo laboral, donde nace esa igualdad, igualdad en deberes y derechos.
Para terminar el Cauca reclama justicia por tanta violencia que padece, ser mujer en un departamento como este no es fácil, sumergido en la violencia, con tantas dificultades, pero cuando se trata de mujeres maltratadas y asesinadas no nos queda más que el repudio total.