El descontento que viven los ciudadanos y la sociedad en general con sus políticos no es nada nuevo, los escándalos de corrupción hacen que las personas pierdan la fe y terminen desconfiando de quienes ejercen la actividad pública. Al preguntarle a cualquier persona en la calle qué piensa de los políticos, aparecen inmediatamente palabras como corruptos, ladrones, sinvergüenzas, etc.
Esto es fiel reflejo de la encuesta de Pulso País donde se le pregunta a los colombianos la opinión que tienen de los partidos políticos y del Congreso, donde el 70% en los últimos 3 años ha contestado que tiene una imagen desfavorable, de lo que se puede inferir que 7 de cada 10 colombianos no cree en partidos ni en sus políticos.
Situación que preocupa a los candidatos que en época electoral tienen que ingeniarse mil maneras para ganarse de nuevo la confianza de la gente, y entre todo ese universo de estrategias resalta una de las más efectivas, y es venderse como una persona del común que no es política y que no hace parte de ningún partido.
Esto llama poderosamente la atención de las personas que sienten que están dando su voto no por un político, ni por un partido más, sino por una persona común y corriente, que en este caso denominan “el independiente”, ese independiente que es capaz de luchar contra las maquinarias y los poderosos para reivindicar las necesidades del pueblo.
Esta manera de actuar para los políticos que aspiran a cargos ha sido exitosa no solo en Colombia sino en otros lados del mundo, donde incluso se han elegido presidentes, alcaldes, gobernadores, senadores, diputados, concejales bajo el eslogan del “independiente”, y Bogotá no puede ser la excepción, ya que en la actual disputa por la alcaldía hay un candidato que representa la “independencia”.
¿Y qué se supone que representa esa independencia? Pues a una persona que no tiene compromisos ni recibe apoyos de ningún político o partido, es decir solo se debe única y exclusivamente al ciudadano del común, si existe un político que construya una campaña bajo esa motivación se le debe premiar, por ser coherente.
Pero en Bogotá esto no ha ocurrido, ya que es bien conocido que el candidato que ha posado en público como el “independiente”, lo cual le ha representado cautivar a los bogotanos y puntear en las encuestas, tras bastidores ha recibido a diestra y siniestra apoyos de innumerables candidatos al concejo y a las juntas administradores locales, así como de varios representantes a la Cámara, concejales y ediles (como es bien conocido en todo el mundo político).
Entre los apoyos sobresale el del representante a la Cámara Juan Carlos Losada del Partido Liberal a través de Yerly Mozo, asesora en temas animalistas de la campaña de Galán; Jorge Lozada, actual concejal de Cambio Radical, a través de su sobrino Giovanny Caicedo, candidato al Concejo por el Movimiento Bogotá para la Gente; Hossman Martínez, actual concejal de la Alianza Verde, a través de Samuel Arrieta, candidato al Concejo por Cambio Radical; los actuales concejales de Cambio Radical Juan Felipe Grillo, Cesar García, Pedro Julián López y Yeffer Vega, este último de la estructura de David Luna; el actual concejal de la U David Ballén; la actual concejal del Partido Liberal María Victoria Vargas, y no olvidemos que cada uno de estos concejales vienen acompañados por su estructura de ediles.
Esta clase de jugadas no representan para nada la independencia, Galán es otro político más haciendo acuerdos pero no de manera pública, cosa contraria a sus otros tres contendores a la alcaldía que han sido honestos haciendo acuerdos de cara al electorado, por eso cuando usted vuelva a oir la frase soy el candidato “independiente” no se deje cuentear, en Bogotá el único independiente es Santa Fe.