Uno de los temas más álgidos que ha puesto sobre la mesa el nuevo gobierno de Gustavo Petro en su primer mes ha sido el de la Reforma Tributaria. El ministro de Hacienda José Antonio Ocampo ha liderado la estrategia económica con la que Petro quiere recaudar 25 billones de pesos destinados a sostener su ambiciosa política social, la bandera con la que convenció a los once millones de colombianos que le dieron su voto. Sin embargo, el sector empresarial es el más difícil de convencer.
El presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI), Bruce Mac Master, ha estado dispuesto en conversar las alternativas planteadas hasta por el nuevo gobierno para entender las consecuencias. Sin embargo, en el marco del Congreso Empresarial Colombiano (CEC) que se llevó a cabo el 11 de agosto en Cartagena (al que asistió el presidente Petro) declaró que la Reforma Tributaria sería perjudicial para la inversión extranjera y la tasa de tributación final para accionistas pasaría del 42% al 60%.
Lo mismo opina Francisco 'Kiko' Lloreda, presidente de Asociación Colombiana de Petróleo (ACP) dijo que la reforma tributaria pone en riesgo la viabilidad de muchos proyectos de exploración y producción de hidrocarburos en el país y la autosuficiencia energética.
Además, tendría un fuerte impacto negativo en la actividad económica e inversión de las empresas de la industria extractiva y en el sector de turismo. Petro busca elevar el recaudo de impuestos en $25 billones adicionales en el 2023 y duplicar ese monto al finalizar su mandato, en 2026, cruciales para financiar proyectos sociales con el propósito de reducir el hambre y la desigualdad.
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