Debo ser sincero, seguramente este escrito me traerá más contradictores que adeptos, pero me aventuraré a hacer la siguiente afirmación: ser emprendedor no significa querer ser independiente o empresario; significa hacer lo que le gusta, sin importar para quien se haga.
Si usted es de esas personas que al escuchar ‘‘situación en la cual un empleado o estudiante, se aventura a iniciar un proyecto empresarial con la intención de hacer crecer exponencialmente su negocio, hasta capitalizarlo de tal manera que pueda tener independencia económica y manejo total de su tiempo’’, asemeja la idea con la palabra emprendimiento, déjeme decirle que ha sido usted uno de las millones de personas que han sido contaminadas con la idea de que el innovar o emprender es una situación que solo se llega a dar desde la independencia, cuando esto no es cierto.
Deme la oportunidad de cambiar la concepción que hasta ahora ha creado la sociedad con ejemplos como Facebook, Microsoft, Apple, o cuanta empresa se le ocurra, donde todas las historias inician con un: la compañía inició en un garaje. La anterior situación, a título personal, me parece algo cómica, dado que en mi garaje no tengo más que herramienta oxidada (que mi papá me dice que algún día nos servirá), pero le aseguro, que sin garaje para comenzar la historia, me siento más emprendedor que muchos.
Quiero comenzar con el cambio de paradigma hasta ahora existente, contando una historia de alguien que en la historia colombiana ha marcado nuestra vida, hablo de Don Olimpo López (Q.E.P.D). Si no sabe quién era este señor, quiero contarle que es el creador de Chocorramo (sí, aquel ponquecito sumergido en chocolate negro y envuelto en empaque naranja), pero no el dueño de Ramo. Don Olimpo era un trabajador de la compañía Ramo, y le aseguro que usted no lo reconoce por su propia compañía, sino por la empresa que adoptó como suya y por la dedicación, esfuerzo y perfección que empleó en aquello a lo que le puso cuerpo y alma.
Don Olimpo no fue una persona que iniciara su propia empresa, pero emprendió e innovó dentro de la compañía en la cual trabajaba, y ese es el punto al cual quiero llegar. Le pido el favor que, al finalizar este escrito, inicie cuanta idea loca tenga dentro de la compañía en la cual trabaja, porque le aseguro que, en su gran mayoría, quienes están dirigiendo grandes empresas a nivel mundial han llegado a sus cargos porque proponen, innovan y día a día quieren ver la compañía donde laboran en una mejor situación, y no porque fundaron la misma. Haga un ejercicio si no me cree, y busque los CEOs de las empresas más importantes, y cuénteme cuántos de estos son fundadores de las empresas para las que laboran.
Estudie, investigue y nunca deje de alimentar el hambre de conocimiento y experiencias, dado que esto es lo que potencializa las ideas en su entorno. ¿Acaso cree usted que las ideas millonarias han surgido de la nada? Le informo que cada idea tiene una historia, tiene caídas, han tenido un no por respuesta. Sin embargo, la insistencia, las fortalezas y sobre todo el perfeccionamiento después de cada caída, hacen la diferencia entre los proyectos exitosos y los que no.
Ahora bien, si usted es empleador y está leyendo este texto, piense como humano y como empresario. Como humano piense que todos merecemos una oportunidad de ser escuchados así no pueda ejecutarse por diferentes motivos. Siéntese con su empleado, escúchelo y estudie sus propuestas, pero nunca las descarte porque ‘’aja’’. Y como empresario, recuerde que dentro de sus empleados pueden haber ideas millonarias y depende de usted, si quiere que esas ideas sean explotadas por usted o por otros.
Pero si usted es empleado, no puedo dejar de darle el siguiente consejo: no se limite a hacer aquello por lo cual se le contrató, porque eso diferencia a aquellos que pasan los próximos 35 años en una misma posición y los que escalan, por el hambre de una mejor posición laboral. Los ascensos se dan para aquellos que pueden ofrecer nuevas oportunidades a una empresa, no para aquellos que pueden ser reemplazados por el miedo a ser escuchados y proponer aquellas sugerencias que han estado pensando por los últimos meses o años. Por favor levántese y no tenga miedo a dar una propuesta; lo máximo que va a recibir, es un ‘’ahora no puede implementarse’’. No va a ser echado, este tranquilo por eso (le aseguro que el código sustantivo del trabajo lo protege).
¿Quiere innovar o emprender, creando su propia empresa? Lastimosamente le informo que abordaré este tema en un artículo posterior. Sin embargo, quiero decirle que la creación de empresa es solo una rama dentro del emprendimiento.
Me despido con un consejo: emprenda e innove no solo desde el aspecto laboral. Deje de ser tan conservador y empiece a innovar en su familia, con sus amigos, con su pareja, en el sexo, en su rutina. Juegue con sus hijos, leales un cuento, cree hábitos en ellos. Salga con sus amigos, dígales que tan importante son para usted. Enamore a su pareja día tras día, con un te amo, con un me haces falta, con un mensaje en la mañana que le haga recordar que tan importante es en su vida. Tenga sexo con pasión, locura y si es con amor, mucho mejor.
El amor hacia el otro y hacia usted mismo, es el eje que le da sentido a su vida; no viva como máquina, viva en cada aspecto de su vida explorando nuevas sensaciones y experiencias. Haz lo que amas y encontrarás lo que quieres. Don’t be shy dude.
Nota: aprovecho este espacio para invitarlo a conocer el proyecto Speakup Colombia. Proyecto que tiene como objetivo construir puentes de solidaridad y entendimiento entre jóvenes de diferentes entornos sociales. Este proyecto ofrece programas para cada grupo y ofrece una plataforma para unirlos en una red de jóvenes líderes.
