La extrema derecha, representada por el uribismo, está viendo amenazada su permanencia en el poder: los colombianos ya no confían en los medios de comunicación y el expresidente Álvaro Uribe cada vez cae más bajo.
Colombia es el único Estado que se hace llamar demócrata, al mismo tiempo que utiliza algo tan grave como una pandemia para orquestar el robo más grande de la historia: el país está en manos de unos pocos que lo controlan a su favor y funciona para las grandes mafias y oligopolios.
No hace falta entender mucho de política para darse cuenta de la ineptitud de un gobierno que baja los intereses a los bancos con la excusa de inyectar liquidez a la economía nacional, cuando lo más probable es que esté pagando favores a las grandes empresas que invirtieron en la campaña de Iván Duque y que ahora quieren ver sus ganancias (Grupo Aval, por ejemplo, financió más del 66 % de la campaña del actual presidente).
Sea como sea, la actual coyuntura mundial le otorgó poderes dictatoriales al presidente más ineficiente de la historia: un bailarín que dispone de un programa de telerrealidad todos los días a las 6: 00 p.m. para hablar tonterías y tratar de maquillar su falta de inteligencia e inoperancia; un sujeto que nadie conocía y que llegó por una lista cerrada a la política; un ineficiente que nunca obtuvo un solo voto por sí mismo, ya que todo lo ha conseguido sentado en las piernas del peor presidente que hemos tenido que padecer y el respaldo de una mafia que ha conseguido todo su poder por las vías más violentas.
Todo indica que el próximo presidente, que seguramente será Gustavo Petro, tendrá que recibir un país en llamas: con las empresas públicas privatizadas, el peor hueco fiscal y una nación cansada de que la sigan saqueando. En esa escenario, Petro no podrá gobernar tranquilo ni mucho menos implantar alguna de las reformas que ha propuesto, por lo que deberá arreglárselas para sacar adelante a un país en quiebra; es decir, se limitará solo a tapar huecos.
Este es el último año que vemos a la mafia en el poder, algo que ellos saben. Por eso parecen estar saqueando nuestros recursos, mientras nosotros estamos asustados y quebrados por la coyuntura nacional. Debemos estar preparados para el mayor escándalo que se haya visto en toda nuestra historia: todo parece indicar que se están repartiendo el país.