Desde que fue capturado por primera vez en 2014, Emilio Tapia fue enviado a La Picota. Allá recibió su condena un año después por su participación en el carrusel de la contratación. Fueron 17 años de cárcel, pero en 2016 el Tribunal Superior de Bogotá le redujo la pena a 7 años tras un acuerdo con la Fiscalía.
Estando en la Picota, Tapia realizó una parranda vallenata junto a cinco músicos en pleno gimnasio del penal. Ninguna sanción cayó sobre él. De hecho, poco tiempo después fue trasladado al batallón de Malambo, Atlántico, y en 2018 un juez le concedió la prisión domiciliaria. En 2019, Emilio Tapia, además, recibió la libertad condicional, por lo que pudo regresar a Barranquilla.
Sin embargo, con el escándalo de Centros Poblados, Tapia regresó a La Picota a pesar de todos sus intentos por evitar la cárcel. Cuando sabía que iba a ser capturado nuevamente se internó en la clínica la Misericordia en Barranquilla y estuvo en ese lugar hasta hace unos días, cuando fue capturado. Tapia le había pedido al juez que lo enviara al batallón de Malambo, pero este no accedió.
#ATENCIÓN | La Fiscalía General de la Nación puso a disposición del Inpec a Emilio Tapia Aldana para que sea internado en el Pabellón de máxima seguridad de la Penitenciaría de la Picota. Fue trasladado desde Barranquilla a #Bogotá por el #CTI. pic.twitter.com/B0IOWgssuJ
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) October 9, 2021