Después de que mi hijo de 20 años que tiene parálisis cerebral severa tuvo una caída a 1.50 metros de altura que lo dejó en riesgo de fractura y con una herida en la cabeza, llamé a la línea 123 de emergencias para solicitar una ambulancia. Esta llegó sin problema a mi domicilio, donde examinaron a mi hijo en el CRU (Centro regulador de urgencias) y finalmente determinaron que debíamos dirigirnos a Mederi porque tenían que cogerle puntos y probablemente tomarle radiografías. Todo iba bien hasta ahí, pero vaya sorpresa, cuando nos subimos a la ambulancia esta no prendía. El conductor no tuvo más remedio que pedir a mis vecinos que ayudaran empujar el vehículo. Sin embargo, esto no funcionó. La solución era reiniciar la ambulancia con la batería de otro carro y manipular el vehículo con paciente, madre y enfermera a bordo.
"Apague los cocuyos" le gritaba mi vecino al conductor, pero este respondió "no sé de dónde se apagan". Mientras esto sucedía, yo le pregunté a la enfermera el por qué de este inconcebible hecho, ella respondió "es que es la primera vez que mi compañero maneja esta unidad, siempre está a cargo de otra y además nos olvidamos de que tenía que dejar el vehículo encendido".
Posteriormente, le pedí el favor a la enfermera de que apagara esa alarma interna que sonaba y que me tenía aturdida, pero no. El conductor ni la enfermera sabían cómo, mucho menos tenían idea de cómo encender la luz interna del vehículo. Más adelante, ya puesta en marcha la ambulancia nos dirigimos al hospital y solo la luz del día iluminaba medianamente el interior de la ambulancia.
Es evidente que las ambulancias son vehículos de emergencia y deben estar en óptimas condiciones para prestar su servicio. Además de esto, el personal debe estar capacitado, no solo para estabilizar al paciente y trasladarlo sino también para hacer el manejo interno de la unidad donde están los botones apropiados para prender o apagar la luz, apagar una alarma. Del mismo modo, el conductor debe tener en óptimas condiciones el vehículo y saber al menos cómo se apagan los cocuyos.
¿Cómo es posible que la Secretaría Distrital de Salud permita que una ambulancia que no se puede poner en marcha inmediatamente esté transitando por las calles de Bogotá?, ¿cómo es posible que el conductor y la enfermera desconozcan el funcionamiento interno del vehículo?, ¿qué clase de persona opera una ambulancia en la que desconoce para qué son los botones del tablero de control?
Este es un llamado de atención a los conductores de ambulancia que reciben un vehículo en malas condiciones mecánicas y no hacen el reporte, haciéndolo podrían evitar situaciones aún más fatídicas. ¿Cómo se les olvida que puede presentarse una emergencia y que la ambulancia debe estar en óptimas condiciones para prestar adecuadamente su servicio?