A propósito del debate que se adelanta en Santiago de Cali, en torno a la empresa de servicios públicos EMCALI EICE, hemos realizado un balance de lo que se sabe y no se sabe de la empresa a la fecha, tratando de ir un poco más allá de las situaciones que se presentan en medio del escándalo de dos contratos: uno sobre una granja de energías alternativas por $ 90 mil millones y otro para medidores inteligentes por $ 215 mil millones; ambos procesos cuestionados por riesgos y posibles sobre costos que indicarían corrupción y que deberá ser investigada a profundidad por los organismos de control y entes de la justicia.
LO QUE SABEMOS DE EMCALI HOY
- Sabemos que la empresa es la herramienta pública más importante del suroccidente colombiano, del Valle del Cauca y de Santiago de Cali. Que de ella dependen gran cantidad de procesos vitales para la vida social y productiva de la región; al igual que Medellín con EPM, se dice tradicionalmente que Emcali EICE es más importante incluso que la misma alcaldía de Cali, especialmente porque la ley 142 abre ventanas para que la integralidad de los servicios públicos domiciliarios se someta a la dinámica del mercado y la competencia financiera.
- Sabemos que hace por lo menos dos décadas los excedentes generados por los servicios de acueducto y alcantarillado, subsidian los servicios de telecomunicaciones e incluso de energía; razón por la cual la empresa se hace deficitaria tanto en telefonía, como en el campo de las energías, en el cual cada vez más la empresa se hizo una intermediaria del servicio, con bajísimos niveles de productividad e incluso en ciertas áreas trabajando a riesgo.
- Sabemos que buena parte de los problemas del área de telecomunicaciones y energía corresponde a históricas medidas de anti-gestión, que han afectado la competitividad del negocio y de los servicios, casi siempre en favor de otras empresas emergentes o de dinámicas de tercerización de procesos. Es bueno recordar los cíclicos intentos de administraciones municipales (incluyendo el actual gobierno distrital) y gobiernos nacionales, por privatizar y/o someter a emprendimientos mixtos el área de telecomunicaciones.
- Sabemos que la empresa desarrolló, con el apoyo de la Universidad del Valle, un plan estratégico con pocos avances en su implementación y que especialmente se orientaba a dar un salto tecnológico hacia nuevos negocios en el campo de ciudad inteligente y nuevos productos de innovación. Sin embargo, la actual administración distrital no ha empoderado la empresa en ese campo y más bien ha instrumentado procesos para debilitar sus obvias ventajas competitivas.
- Sabemos que, en las últimas décadas, antes y después de la intervención del gobierno nacional realizada entre los años 2000 y 2013, la empresa, ha sido disputada a muerte, entre los partidos en el gobierno de turno, agentes económicos externos y los sindicatos Sintraemcali y la USE. Producto de esta dinámica que raya en la clientelización, se ha perdido pertinencia técnica en su planeación y desarrollo y cada vez más, siendo pública, se ve amenazada en su sentido de brindar bienestar y sostenibilidad a la población.
- En los últimos períodos de gobierno la tendencia de su orientación ha estado manejada por cada alcalde y cada junta directiva con gran dificultad para mantener estabilidad y para superar desavenencias, escándalos y protestas; el período en curso de Jorge Iván Ospina, no ha sido la excepción y aunque él comprometió decisiones estratégicas, a partir de acuerdos programáticos, se dice que terminó sometiendo la entidad a riesgos corporativos, por sus decisiones en la composición gerencial, ligadas a acuerdos con conocidas casas políticas.
- Se dice que la gerencia de Acueducto y alcantarillado, y la gerencia comercial, es manejada por el sector de la dupla Abadía-Monedero, que la gerencia de energía correspondía a Dilian Francisca Toro, que telecomunicaciones y tecnologías corresponden más al sector sindical, que el área administrativa, de abastecimiento y la financiera, corresponden más a orientaciones del Alcalde y de su hermano, y que el gerente general renunciado en esta coyuntura, sería seleccionado y aceptado por las tres fuerzas para coordinar las gestiones.
- Se sabe que los sindicatos en el contexto de la superación de la intervención, en el año 2013, renegociaron sus beneficios laborales para mejorar la gestión financiera de la entidad y hacerla más competitiva y sostenible. También se sabe que Alexander López hace muchos años no es un referente de los trabajadores y de los sindicatos y que hoy lucha para recuperar credibilidad y fuerza, como palanca para adelantar sus aspiraciones electorales en el Departamento del Valle.
- Se evidencia que el Concejo Distrital, a pesar de una que otra denuncia tardía, no tiene una adecuada dinámica de seguimiento y control político a la empresa; la corporación y cada uno de sus miembros no han mostrado dedicación y rigor técnico en el seguimiento a Emcali EICE y su intervención se agota en ocasionales escaramuzas que no van a debates de profundidad.
LO QUE NO SABEMOS DE EMCALI HOY
- Poco sabemos de la junta directiva de Emcali EICE, conocemos sus nombres, pero casi nada de sus planteamientos, recomendaciones, decisiones y controles; puede ser que existan actuaciones, pero son poco difundidas en la ciudadanía, tenemos una junta pública que no se ha visto tan pública.
- Poco se sabe de la verdadera situación financiera de la entidad, se habla de un mejoramiento en el EBITDA, el indicador productivo, pero también se afirma entre conocedores que es producto de sutiles manejos contables y financieros que no dan cuenta de una verdadera transformación productiva.
- Ante tanta especulación en muchos frentes de denuncia que salen espontáneamente en relación con las proveedurías, los servicios subcontratados, liquidaciones fraudulentas, grandes licitaciones y contratos (como los que ahora causan escándalo), no sabemos hasta donde el fenómeno de corrupción ha trascendido los múltiples estamentos y aliados operacionales de la empresa de servicios. No sabemos en qué va la investigación del alumbrado público, del contrato interadministrativo de la ERT, y de estos últimos escándalos que se anuncian coyunturalmente, pero no generan resultados.
- No sabemos si las medidas que se anuncian significan una verdadera rectificación del alcalde Jorge Iván Ospina y de las personas que dicen, lo acompañan en la gestión de la empresa o si son una simple respuesta ligera a una crisis que se maneja sin mayor profundidad y seriedad.
LO QUE ESPERAMOS
- Que los órganos de control y justicia, operen rápido, con transparencia y sin dejarse presionar políticamente.
- Que se realice un detallado seguimiento en cada una de sus unidades de negocios como de su junta directiva.
- Que haya revisión detallada de las últimas gestiones financieras, pues hay indicios de que se pueden estar maquillando indicadores.
- Que se cierren los grifos con auditorías técnicas y con fuerte veeduría ciudadana.
- Que se renueve la junta directiva, para que opere con verdadero criterio de gestión financiera, administrativa y técnica.
- Que Jorge Iván y Mauricio Ospina, Juan Carlos Abadía, Álvaro Monedero, Dilian Francisca Toro, mencionados como los responsables políticos en los últimos escándalos, se expresen claramente ante el país, que respondan con transparencia por sus actuaciones y las de sus agentes en la crisis de la Empresa.
- Que se impulse, con mayor rigor y compromiso un nuevo plan estratégico, con garantías de transparencia y verdadero gobierno corporativo.
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