La designación de Cristina Arango Olaya como Gerente General de EMCALI estuvo antecedida por la aprobación del Ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas Santamaría, lo que indica que la primera no solo es cuota del sector tecnócrata de la Unidad Nacional, sino que además cuenta con el absoluto respaldo del gobierno central al más alto nivel.
Hasta ahí nada novedoso, más allá que la dirección de EMCALI la tengan controlado el sector fuerte del tecnicismo neoliberal. Lo realmente relevante son las extrañas vinculaciones entre las ejecutorias de Cárdenas Santamaría como cabeza de la Junta Directiva del Banco Agrario en beneficio de Odebrecht, a través del cuestionado préstamo de 120 mil millones al consorcio Navelena del que la firma brasileña participa y que la entidad bajo su dirección aprobó inobservando los elementales cánones que una transacción de esa magnitud requiere. Máxime porque la multinacional se encontraba en quiebra.
Hoy es de público conocimiento las graves acusaciones que pesan sobre Odebrecht sobre actos de soborno y corrupción. Curiosamente esta misma empresa participó en dos de los proyectos irregulares que derivaron en la intervención de EMCALI, TERMOEMCALI y la PTAR-C, ambos procesos secundados por el sector privado de Cali, los “Cacaos”, principalmente por el actualmente denominado Comité Intergremial Empresarial del Valle del Cauca, a quienes representa Mauricio Cárdenas y recientemente Cristina Arango les rindió cuentas.
Otros dos “Cacaos”: Rodrigo Guerrero como alcalde de Cali, y Esteban Piedrahita como presidente de la Cámara de Comercio de Cali, promovieron la iniciativa de los clústeres productivos, de donde surge el de Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones - PACIFITIC, del que hacen parte, entre otras, las empresas Parquesoft, Open Systems y Carvajal Tecnología y Servicios, todas al igual que Odebrecht, con un pasado oscuro en su relación con EMCALI.
Para acompañar este proceso, Rodrigo Guerrero promovió en EMCALI la contratación de Diego Alejandro Forero Arango, uno de los principales promotores de los clústeres, con el objeto de “identificar tecnologías internacionales innovadoras y construcción de modelos de negocios”, proceso muy cuestionado, que recibió cerca de 80 millones de pesos en honorarios devengando así casi tres veces lo que devenga el Gerente General de EMCALI. Además recibió viáticos sin ser empleado de la empresa, todo esto sucedió bajo la mirada complaciente de Nicolás Orejuela y Juan Fernando Reyes Kuri, otros “cacaos”, quienes ocupaban en ese momento la Secretaría General de Emcali y la Secretaria Privada de la Alcaldía, respectivamente.
Recientemente, Cristina Arango otorgó contratos a dedo por más de mil millones de pesos a las firmas MBA LAZARD y DURAN & OSORIO ABOGADOS, a quienes les encomendó justificar con tecnicismos y mentiras la privatización de telecomunicaciones de EMCALI. En este caso, al igual que el de Odebrecht, ambas firmas de dudosa reputación, los beneficiarios son los mismos “cacaos” a través de Carvajal principalmente, empresa que tiene claros intereses de consolidarse en la industria de telecomunicaciones, por eso ha establecido varios alianzas, como la que sostuvo con la multinacional privada de telecomunicaciones CLARO, propiedad del magnate Carlos Slim, a través del consorcio PROA.
No sería sorpresa que también en este caso de la intención de entregar al mejor postor el componente de telecomunicaciones de EMCALI, aparecieran similares casos de corrupción que los que consternan al país por obra de las ejecutorias de Odebrecht y la clase política, o que los beneficiarios de los negocios sean los mismos con las mismas. Total, ya sabemos a quién sirve la Banca de Inversión MBA LAZARD.