El Paisa no sueña con una navidad en familia o amigos, al contrario, prefiere pasar el 24 de diciembre solo. No necesita más, para esta época decembrina el trabajo le sobra. Le va de maravilla con el reciclaje y se mantiene ocupado cuidando los carros de los cientos de turistas que llegan de diferentes partes de Bogotá y el país para conocer el emblemático Chorro de Quevedo. Con lo que gana se compra una buena cena navideña que termina siendo un corrientazo, se compra un chamber (el cóctel preferido de los habitantes de calle) y le alcanza hasta para el porro.
Sin embargo, el Paisa quiere que esta navidad sea diferente. Desde hace 9 años vive en las calles bogotanas, y por primera vez quiere subir al cerro de Monserrate, pero no caminando, sino por lo alto por el teleférico y con ropa nueva. Quiere confesarse en la Basílica Santuario del Señor Caído y Nuestra Señora de Monserrate, eso sí solo, porque como él muy bien lo dice es "mejor estar solo que mal acompañado". Esta es la navidad de El Paisa, un habitante de calle: