El embarazo en adolescentes en Colombia ya es un problema de salud pública y en un reciente informe de la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP), se da a conocer que las principales causas para este fenómeno mundial es la falta de apoyo, información y orientación en materia de salud reproductiva, orientación y educación sexual para niñas y adolescentes, ha ocasionado que el índice de embarazos en esta etapa de la vida se consolide como un problema de salud pública muy importante.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que anualmente alrededor de 16 millones de niñas entre 15 y 19 años dan a luz. En países semejantes al nuestro como México, en particular, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) arrojó que para el 2011 por cada 1.000 mujeres, 37 eran adolescentes; situación que se ha incrementado en comparación con el 2005, año en que por cada 1.000 mujeres, 30 correspondían a niñas adolescentes. En Colombia, la situación es muy similar a este país.
La adolescencia en sí es una etapa muy compleja de atravesar en el ser humano, aunque cuenta con elementos suficientes para conocer y entender cómo es el mundo que le rodea, el organismo atraviesa por muchos cambios tanto físicos como mentales, los cuales en muchas ocasiones no son comprendidos al 100 %.
Entre dichos cambios se encuentra el despertar y querer iniciar una vida sexual activa, para lo cual hay distintas opciones de acuerdo a la educación brindada en el hogar, la escuela o de acuerdo a la presión social en la cual se desenvuelva la adolescente.
Las opiniones más conservadoras señalan como la mejor opción la abstinencia total, la cual en la práctica no es el camino a elegir, por lo que más allá de los tabús sociales e, incluso, religiosos que hay sobre el tema, es necesario que haya una apertura mucho más realista, y sobre todo prevenir a través de la educación en todos los sentidos, un embarazo inesperado en la etapa de la adolescencia.
Lo anterior, trunca el desarrollo como ser humano en muchos otros ámbitos, además que con una debida protección se evitan diversas enfermedades de trasmisión sexual.
Es importante que el Gobierno colombiano tome cartas en el asunto, ya que pareciera, señalan algunos expertos, que en la administración gubernamental actual este tema quedó relegado y por ello, es que tanto la tasa demográfica, así como la cuestión de los embarazos en adolescentes, se vio incrementada en gran medida. Por esta razón, resulta urgente implementar una política pública en la que todos los niveles de gobierno hagan énfasis en prevenir este fenómeno social.
Consideramos que a través de la prevención del embarazo entre los adolescentes de nuestro país, estamos cuidando dos calidades de vidas, en primera instancia la de las madres adolescentes, que aún tienen mucho por experimentar como seres humanos en lo individual; así como la espera de traer al mundo a niños con padres muchos más preparados en todos los sentidos, los cuales a posteriori habrán de saber llevar mucho mejor este rol tan trascendental en el ser humano.
En nuestro país el problema es muy evidente y es así como en días pasados, la directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar-ICBF, Cristina Plazas Michelsen, reiteró la importancia de abordar la prevención del embarazo adolescente como una política de Estado, que convoque la acción interinstitucional, así como la participación activa de la sociedad y la familia.
Las cifras de madres menores de 19 años son preocupantes, el ICBF anunció que implementará una línea de trabajo específica que dirigirá toda su acción a esta problemática. “Vamos a fortalecer el trabajo interinstitucional en la reducción de los factores familiares, sociales y culturales que influyen en el embarazo adolescente y que dificultan la construcción de proyectos de vida sólidos para nuestros niños, niñas y adolescentes”. Hablamos de una realidad que limita sus posibilidades de tener una educación oportuna y reduce las opciones para el adecuado ingreso al mercado laboral”, señaló la directora del ICBF.
Las medidas que anunció la directora del ICBF se sustentan en las alarmantes cifras de embarazo adolescente que brindó la misma institución. “Desde el año 2008 hasta el 2013, han nacido cada año, en promedio, 159.656 niñas y niños de madres entre 10 y 19 años”.
El Observatorio del Bienestar de la Niñez del ICBF también advirtió que “de este total, alrededor del 4% eran madres entre 10 y 14 años de edad”. Sin embargo, indicó que “el número de nacimientos de madres menores de 19 años registró una reducción del 8,2%, entre el año 2008 y el 2013. Sólo durante el 2013, nacieron 153.711 niños y niñas de madres entre los 10 y 19 años”.
Según la directora del ICBF, se han identificado, a través de una consulta abierta con 50.000 jóvenes del país con edades entre los 12 y 18 años, que son variadas las causas por las que no hay una reducción considerable de los embarazos adolescentes. “Hemos identificado que a nuestros jóvenes no les gusta usar los métodos de planificación, especialmente el condón, lo que pasa a ser factor relevante para fortalecer las campañas de prevención. Igualmente, encontramos que la pareja ha sido el factor que más influye en el inicio temprano de las relaciones sexuales en gran parte de las niñas consultadas”.
Pese a que en Colombia la tasa del embarazo en adolescentes es del 19.5%, es decir que una de cada cinco adolescentes entre los 15 y los 19 años es madre o está embarazada, hay zonas del país dondelas cifras son considerablemente mayores, por ejemplo, en el Cesar, Casanare, Guaviare, Huila y Magdalena.
Ante ello, la directora del ICBF comenta que se adelantarán acciones especiales y dedicadas en estas zonas, pues el incremento de embarazos adolescentes está relacionado a altos índices de explotación sexual. “No vamos a permitir que nuestros niños y niñas sigan siendo abusados, porque adicional al delito del que son víctimas, se ven expuestos a embarazos no deseados”, recalcó al explicar que es fundamental presentar a los jóvenes las herramientas necesarias que les permitan tomar decisiones responsables, para el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos.
Pero cuáles pueden ser en definitiva las consecuencias del embarazo en la adolescencia:
Las consecuencias del embarazo en la adolescencia son múltiples. Además de poner en riesgo la salud, el embarazo adolescente puede significar un gran obstáculo en las posibilidades de construir un proyecto de vida por parte de los adolescentes. Ser madre antes de desarrollar los recursos y habilidades personales para una maternidad efectiva –estar educadas, acumular conocimientos adecuados sobre salud, comenzar a trabajar y participar en la comunidad– restringe las opciones de vida de las adolescentes, llevando posiblemente a condenarlas a la pobreza y poniendo en peligro a sus niños.
El embarazo y la maternidad adolescentes se presentan en una dimensión importante en Colombia, puesto que en gran medida se trata de embarazos no deseados, que ponen a los adolescentes y su descendencia en una situación precaria frente a la vida.
Diversos estudios realizados en Colombia, así como la información estadística disponible, muestran que el fenómeno del embarazo y la maternidad adolescente afecta en mayor medida a las muchachas pobres y a aquellas con menor educación.
La Salud Sexual y Reproductiva (SSR) es un tema central en la vida de las y los adolescentes. Estudios destacan que la manera en la cual la SSR es vivenciada y socializada por los adolescentes, puede resultar trascendental para el resto de sus vidas.
Es así como la SSR adolescente se convierte en un área de atención prioritaria para la comunidad nacional, las organizaciones civiles, las universidades y el Estado, y es aquí conde la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP) como ente que agrupa a los pediatras colombianos y que dentro de sus objetivos tiene el de velar por el bienestar físico, social y mental de nuestros niños, niñas y adolescentes, debe interactuar e intervenir para impactar positivamente en este grupo etario, que sin duda alguna pertenece al grupo de edad que debe ser atendido por el grueso de pediatras a lo largo y ancho del país . Sin embargo, a la fecha las y los adolescentes no han recibido suficiente atención, por lo que el que el ejercicio de sus Derechos Sexuales y Reproductivos (DSR) queda bastante limitado.
A continuación, intento resumir los principales desafíos en materia de prevención del embarazo adolescente que afronta nuestro país y sobre los cuales debemos trabajar en equipo como Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP) con todos los actores en cuestión, arriba mencionados.
1) Se deben garantizar los derechos humanos de los y las adolescentes en el ámbito de la salud, incluidos los sexuales y reproductivos.
2) Se deben disminuir las condiciones de vulnerabilidad de la población adolescente.
3) Se deben reducir brechas e inequidades sociales que afectan a la población adolescente, y que hacen más vulnerables al embarazo y maternidad, a los y las adolescentes socioeconómicamente más desfavorecidos y excluidos.
4) Se debe articular interinstitucional e intersectorialmente para prevenir la vulneración de los derechos de adolescentes y jóvenes, y reducir brechas e inequidades en el acceso a servicios de educación, empleo y salud, incluido el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, nutrición y protección social.
5) Se debe promocionar la sexualidad saludable y segura en la población en general y en los adolescentes en particular, incluyendo el uso de la anticoncepción.
6) Se debe incrementar y educar en cuanto al uso de anticoncepción entre los adolescentes (hombres y mujeres), incluyendo el uso del preservativo como triple protección contra el embarazo, las ITS y el VIH/SIDA.
7) Se debe fortalecer la implementación de la atención integral del adolescente, con servicios diferenciados según sus necesidades y expectativas, que ofrezcan información y atención en SSR, privilegiando la atención por médicos especialistas en pediatría y/o pediatras con segunda especialidad en medicina de adolescentes.
8) Se deben crear y/o fortalecer redes de servicios de salud sexual y reproductiva específicos y de calidad para adolescentes.
9) Se deben desarrollar modelos de atención integral para adolescentes con énfasis en salud sexual y reproductiva con enfoque de derechos, género, generacional y sensibilidad cultural, con énfasis en prevención y promoción de la salud en el primer nivel.
10) Hay que mejorar la cobertura de los servicios y el acceso de los adolescentes a los mismos.
11) Hay que eliminar las barreras de acceso socioeconómicas, culturales, institucionales y geográficas a los servicios de atención a los adolescentes.
12) Hay que focalizar las acciones en los y las adolescentes con mayor vulnerabilidad: 10 a 14 años, los que viven en la calle, no acuden a la escuela, están en que son padres o madres, los adolescentes indígenas y rurales, adolescentes que viven en zonas de conflicto y que enfrentan embarazo subsecuente; así como aquellos que son migrantes e hijos de migrantes o tienen capacidades diferentes.
13) Se debe contar con personal de salud competente y sensible, para lo cual se deben desarrollar acciones de capacitación de recursos humanos, incluyendo capacitación a nuestros médicos pediatras en esta área tan importante, recordando que la pirámide poblacional colombiana, ya no es pirámide y se anchó en forma de diamante con un grueso poblacional de niños y niñas adolescentes a nivel país.
Finalmente, desde la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP) muestran su preocupación en este ya problema de salud pública y anuncian que “seguiremos trabajando en todos los frentes por lograr una buena calidad de atención y por ende, obtener el bienestar que todos deseamos para nuestros adolescentes colombianos.”