"El reclutamiento para ensayos clínicos aún no está abierto", ha precisado la empresa californiana en su cuenta de Twitter pero resaltó un "primer paso importante que algún día permitirá que nuestra tecnología ayude a muchas personas".
Neuralink diseña dispositivos conectados que se implantan en el cerebro para comunicarse con los ordenadores directamente mediante el pensamiento. En principio están pensados para ayudar a personas con parálisis o enfermedades neurológicas.
La empresa quiere que estos implantes sean lo bastante seguros y fiables como para que se puedan utilizar como cirugía electiva: la gente podría pagar unos miles de dólares para dotar a su cerebro de potencia informática.
Para Elon Musk, estos chips deberían permitir a la humanidad alcanzar una "simbiosis con la Inteligencia Artificial", según dijo en 2020 durante la conferencia anual de la empresa. "Ahora estamos seguros de que el dispositivo Neuralink está listo para los humanos, por lo que la línea de tiempo depende del proceso de aprobación de la FDA", dijo también en Twitter, a finales de noviembre, un mes después de comprar la red social.
Predicciones a tomar con cautela
Pero no hay que olvidar que Elon Musk, el jefe de Twitter, Tesla y SpaceX, puede hacer predicciones descabelladas, y no solamente sobre la autonomía de los coches eléctricos de Tesla. En julio de 2019, por ejemplo, estimó que Neuralink podría realizar sus primeras pruebas con particulares en 2020.
De momento, los prototipos del tamaño de una moneda se han implantado en cráneos de animales. Varios monos ya son capaces de "jugar" a videojuegos o "teclear" palabras en una pantalla, simplemente siguiendo con la mirada el movimiento del cursor en la pantalla.
A finales de noviembre, la start-up también informó de sus últimos avances en el diseño de un cirujano robótico y el desarrollo de otros implantes, que se instalarán en la médula espinal o los ojos, para recuperar la movilidad o la visión.
Otras empresas trabajan en ordenadores controlados por la mente, como Synchron, que anunció en julio de 2022 que había implantado la primera interfaz cerebro-máquina en Estados Unidos. "Estamos construyendo una tecnología capaz de transmitir directamente los pensamientos de personas que han perdido la capacidad de moverse o hablar debido a una enfermedad o lesión", explica Thomas Oxley, fundador y consejero delegado de esta start-up, en un vídeo en su página web. Varios pacientes están probando el implante, que se ha insertado en vasos sanguíneos, para poder componer.