La industria del calzado representa miles de millones de pesos en Colombia, tanto en exportaciones como en consumo nacional. Marcas como Adidas, Sportline o Croydon lideran el mercado, siendo las más compradas por los colombianos. Pero, aun así, hay otras compañías que les plantan pelea o, asociándose con ellas, se convierten en distribuidoras de sus productos. Uno de los casos más llamativos es Bata, una empresa que lleva 130 años dedicándose a la fabricación de zapatos y, más recientemente, a la venta de calzado de otras marcas. Muchos creerían que sus inicios se dieron en Colombia, pues es una compañía reconocida en el país, pero lo cierto es que la historia de Bata y los dueños de Bata están a miles de kilómetros, en un país europeo que pocos pensarían.
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El checo que inició la historia de Bata en el siglo XIX
Proveniente de una familia de zapateros, Tomas Bata y sus hermanos decidieron fundar en 1894 una fábrica de zapatos en Zlin, Chequia, en un momento donde aquel país aún hacía parte del Imperio austrohúngaro. Los inicios no fueron nada fáciles para la familia, que se dedicaba a hacer calzado de cuero y no encontraba un diferencial contra sus directos competidores. Aun así, un año después, intentado reducir costos, Tomas decidió mudarse de ese material a la lona, en una decisión innovadora que convirtió a sus zapatos en unos de los más populares de la región. En tiempo récord, la fábrica ya tenía 50 empleados y varias máquinas para aumentar la producción, lo que la llevó a tomar renombre.
Sin embargo, no fue hasta el inicio de los años 1900 que Bata logró posicionarse a nivel continental, tras un viaje que su fundador hizo a EE.UU. En su paso por América, Tomas Bata conoció cómo funcionaban las empresas gringas de zapatos, su maquinaria y sus técnicas de producción, y las trasladó hasta Chequia para convertir a la empresa en una de las primeras de fabricación masiva de zapatos en Europa. Eso fue como agitar la varita para ellos, pues para 1910 la compañía ya empleaba a 500 personas y había empezado a exportar sus productos a Alemania, a algunos países de los Balcanes y, por último, a naciones del medio oriente.
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La Primera Guerra Mundial y su conquista al mundo
Distinto a lo que la guerra les hizo a varias empresas europeas, Bata logró mantenerse firme durante el conflicto e, incluso, se convirtió en uno de los principales fabricantes del Imperio Austrohúngaro. En 1914, cuando estalló el combate, la empresa creció gracias a los pedidos de calzado militar y logró abrir tiendas en Praga, Liberec, Viena y Pilsen. Durante los próximos años peleó su propia guerra y salió victoriosa, manteniéndose como líder y sobreviviendo a la caída del Imperio en 1918. Fue tal el nivel de gestión de Tomas Bata después de la Primera Guerra Mundial, que la empresa luchó contra la crisis de la nueva república checoslovaca, teniendo que bajar los precios hasta en el 50% y reduciendo los salarios de sus empleados para poder perdurar.
Sin duda, el sacrificio tuvo sus recompensas y en los años 20 la compañía continuó con su globalización. Así como la caída del Imperio la puso en jaque, también le dio la posibilidad de ampliar el mercado, lo que la llevó a llegar a otros países de Europa, inaugurar tiendas en EE.UU. y conquistar el norte de África. Sin embargo, la alegría se vio herida por la muerte de Tomas Bata en 1932, en un accidente aéreo, pero para su suerte, sus herederos han sabido cuidar su imperio de gran manera. Hoy, la familia Bata tiene su sede principal en Lausana, Suiza, cuenta con más de 5 mil tiendas a nivel global, más de 30 mil empleados y presencia en más de 70 países, entre ellos Colombia.
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¿Cómo llegó Bata a Colombia?
Bata arribó a Colombia en 1968 como una iniciativa de Thomas Bata, nieto de Tomas Bata, fundador de la compañía. Con el objetivo de ingresar al mercado de calzado en el país, la empresa Bata Shoe Organization fundó la Compañía Manufacturera Manisol S.A., con sede en Manizales. Desde entonces, ese ha sido el lugar en donde se han fabricado los zapatos Bata, o al menos los que se comercializan en el país, y en donde marcas como North Star, Power, Bubblegummers o Weinbrenner también han conquistado a los clientes, siendo comercializadas desde finales de los años 70 e inicios de los 80.
En la actualidad, Bata no solo tiene la fábrica en la ciudad de las puertas abiertas, sino que también cuenta con más de 300 almacenes a lo largo y ancho del territorio nacional. Además, desde el año 2007 cuenta con un catálogo masivo de comercialización, en donde ofrece no solo sus productos, sino también zapatos de marcas tan reconocidas como Adidas, Puma y hasta Disney. Es tal el nivel de ventas que produce la empresa, que está en el top 5 de las compañías de calzados con más ingresos del país.