Así se denomina la campaña iniciada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la que se pide a los hombres hacer de la campaña por la igualdad de los géneros un asunto personal.
Al mismo tiempo la Casa Blanca lanzó una campaña con el título de “Está en nuestras manos” que pide en particular a los hombres jóvenes responsabilizarse para prevenir los ataques sexuales.
Estas dos campañas demuestran el giro que está tomando la lucha por los derechos de las mujeres. Es claro, ahora más que nunca, que estas batallas no pueden ser peleadas solamente por mujeres víctimas o por las mujeres en general.
A las campañas se han unido celebridades como Beyoncé y Emma Watson entre otros famosos con lo que se ha conseguido una amplia difusión en los medios de comunicación tradicionales y a través de las redes sociales. Así mismo, altas ejecutivas y numerosas congresistas en Estados Unidos están insistiendo en el tema, dándole cada vez más relevancia al asunto.
Y es que como lo mencionaba yo hace un tiempo, con la violencia contra las mujeres los hombres pierden y pierden mucho si no se unen a esta protesta social.
La violencia contra las mujeres no afecta solo a la mujer. Afecta, por ejemplo, a sus hijos (hombres y mujeres). Ellos, que en la mayoría de los casos son actores presenciales de los abusos contra la mujer en los hogares, desarrollan luego en su edad adulta actitudes violentas o personalidades agresivas. En muchos casos se vuelven nuevamente victimarios, repitiendo lo mismo que vivieron.
Y no estoy pensando solo en el hombre que golpea a su mujer hasta matarla. Estoy hablando de los comentarios, los chismes, la relación grupal entre hombres y mujeres, el trato entre colegas de trabajo, la “condescendencia” entre jefes y empleadas. La lista no acaba.
Se necesitan muchos esfuerzos desde la base cultural para contrarrestar el problema. La sola definición de “masculinidad” y la presión de grupo entre los jóvenes estimulan en muchos casos, el apoyo a estas actividades violentas o abusivas contra las mujeres. Es más “macho” el que más larga tenga la lista de conquistas, coqueteos. Es más macho el que le ayuda a su amigo a abusar de su novia, o el que se ríe cuando uno de sus compañeros se expresa de manera denigrante de sus compañeras.
Lo vemos todos los días. En nuestro Congreso, en nuestras universidades, nuestras familias.
En Colombia tenemos ya importantes mujeres peleando contra la violencia contra las mujeres. Aún nos faltan las voces masculinas que se levanten contra este flagelo. Me pregunto quién de nuestros “machos más famosos” se atreverá a ser la cara de nuestra lucha...