El próximo martes se cumplirán 33 años de la reunión en Bogotá donde 280 mujeres, en el marco del Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe, declararon el 25 de Noviembre como el Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres.
En ese entonces las feministas discutían sus desventajas al ser mujeres en un mundo diseñado solo para hombres. Se hablaba de las violaciones, los abusos, los perjuicios, y la desigualdad entre otros.
Y aunque hemos mejorado en muchas áreas, aún seguimos enfrentando grandes retos para alcanzar la igualdad de género en nuestros países.
Sin embargo, el feminismo ha empezado a dar un importante giro.
La inclusión de los hombres y no su exclusión de los problemas que aquejan a las mujeres es ahora uno de los temas centrales de los movimientos que buscan erradicar la violencia contra las mujeres y conseguir la igualdad de género en el mundo.
Soy de las que cree que todo pasa por algo, y en este proceso no ha sido distinto. Era indispensable unirnos como género, acompañarnos en nuestra igualdad para empoderarnos como equipo y resaltar nuestras desventajas, nuestras duras condiciones.
Y lo logramos. Hemos puesto sobre el tapete todos los problemas que nos aquejan por ser consideradas y tratadas de manera injusta en nuestras sociedades. Tenemos mapeados los problemas y las consecuencias que pagan nuestras sociedades por aquellas raíces culturales que nos han puesto siempre en un segundo y tercer plano en lo social y lo laboral.
Pero ahora, necesitamos aliados. Ya no podemos hacerlo solas. Para seguir en nuestra lucha, necesitamos a quienes en el género opuesto nos apoyen y estén dispuestos, con nosotras, a contrarrestar las erróneas interpretaciones culturales que le hace creer a algunos que somos el sexo débil y que por tanto puede quitarnos espacios y oportunidades, o controlarnos para dominarnos.
Hoy nuestro discurso debe ser diferente. Los hombres ya no son nuestros enemigos. Ya no estamos en contra, sino a favor de aquellos que creen en nosotras. Que saben y viven bajo la premisa de que la igualdad de género los beneficia y los hace por fin mucho más hombres de lo que alguna vez creyeron que podían ser.
La celebración del próximo 25 de noviembre no es una de división. Es una de unión. Una de solidaridad y apoyo. El día Internacional de la Violencia contra las mujeres debe ser también el Día Internacional de los Hombres que Pelean por el Derecho a Defender la Igualdad.
@Silviadan