Este delicioso restaurante nació hace más de 24 años cuando cuatro mujeres se sentaron a reflexionar sobre la falta de oportunidades laborales, el machismo y principalmente la violencia. Como una forma de revelarse en contra del oficia del servicio doméstico crearon este proyecto que busca rescatar el sabor único de las delicias de la región del Pacífico, estigmatizada por el resto del país.
Esta iniciativa de la Red Departamental de Mujeres del Chocó, víctimas de la guerra, está conformada por más de 56 organizaciones repartidas en todos los municipios del Chocó. Son más de 1800 mujeres y entre 50 y 60 hombres, los que trabajan en ella y la mayoría han sufrido de manera directa el rigor de la violencia en el Chocó como es el caso de la masacre del 2 de mayo en Bojayá cuando las FARC quemaron la iglesia del pueblo dejando campesinos, niños y mujeres asesinadas.
“A nosotras nos ha tocado duro” afirma Nervita Moreno, una de las lideresas de esta Red y administradora del restaurante. “Tanto así que cuando iniciamos no teníamos ni siquiera para comprar toallas higiénicas”
La Paila de mi abuela empezó en un local muy pequeño y las ganancias eran mínimas pero ahora gracias a su desempeño y empuje están ubicadas en un sitio más cómodo, amplio y con todas las normas de higiene. Aquí propios y extraños pueden disfrutar de sancochos de todas las carnes, pescados, jugos afrodisíacos, arroz con longaniza, entre otros manjares.
“Somos pobres entre comillas”, recalca Nerevita. En el Chocó tenemos riqueza en minerales y en agricultura que así estén siendo explotados por extranjeros que dejan la tierra imposible de consumir, la alegría es una de nuestras mayores fortunas.
Nervita al igual que muchos chocoanos cree en la paz pero con más oportunidades para nuestra región.