En los últimos años, la carrera de la cantante vasca Amaia Montero, quien apareció en uno de los shows de Karol G en España cantando su éxito "Rosas", parecía irse a pique. Problemas con sus conciertos, un cansancio evidente en entrevistas y un momento de eclosión cuando, quien en algún momento fue reconocida como una de las voces más importantes del pop latino, subió una foto a Instagram donde se la veía visiblemente desmejorada. La antesala a una corta desaparición y una posterior rehabilitación.
Es cierto que hablar de las derrotas de Amaia Montero podría no ser lo más bonito, sobre todo en la misma semana en que medios de todo el mundo la destacan por su maravillosa reaparición en uno de los conciertos de Karol G. Pero también que es necesario, para entender en profundidad la importancia de la unión entre ambas divas ante más de 50.000 personas en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.
La canción que cantaron en el concierto de La Bichota se llama “Rosas”, pero Amaia también es recordada por haber sido una máquina tejedora de éxitos como “Geografía”, “Dulce locura”, “La playa”, “El 28”, “20 de enero”, “Paris”, “Puedes contar conmigo”, entre muchos otros clásicos que se le recuerdan de su mejor etapa.
En 2008, Amaia Montero dejó La Oreja de Van Gogh y, aunque no logró el mismo impacto que antes, siguió siendo bastante exitosa. De esta segunda etapa, ahora como solista, se la recuerda por canciones como “Quiero ser”, “Darte mi vida”, “Nacidos para creer” y “Los abrazos rotos”.
Esta última canción la hizo con Alex Ubago, quien hace años, cuando él presentaba sus primeras canciones y era un desconocido por fuera de España, la tuvo como invitada en otro clásico: “Sin miedo a nada” (que ahora ha sido rebautizada por el cantante como “Me muero por conocerte”, la forma en que todos la llaman en internet).
La importancia de Amaia Montero en el pop latino
Hace quince o veinte años, Amaia Montero era reconocida por tener una de las voces más peculiares y un timbre único dentro la música latina de la época. Por ejemplo, si ahora grabara en una nueva canción de Karol G, sería reconocible tan sólo pronunciando las primeras palabras.
Además, no sólo es recordada por sus propias canciones, sino por haber participado en nuevas versiones de éxitos de otras estrellas como Miguel Bosé (“Sevilla”), Alejandro Fernández (“Me dediqué a perderte”) o en duetos con Tiziano Ferro (“El regalo más grande”), Eros Ramazzotti (“Está pasando noviembre”).
La cantante nacida en Irún, País Vasco, España; no sólo ha interpretado canciones en español y euskera (su lengua natal), sino en francés, inglés e italiano. Sólo en España ha vendido 3.500.000 copias, contando toda discografía con La Oreja De Van Gogh y como solista. Tiene múltiples premios en España y ha sido nominada a un galardón de MTV Europa y a un Grammy Latino.
No se entiende cómo Amaia Montero, desapareció por tanto tiempo… o en realidad sí. En los últimos años el pop latino fue desplazado por la música urbana y, tanto fue así que, entre 2010 y 2020 se volvió más difícil pegar canciones que no tuvieran un beat parecido al del reggaetón.
El encuentro de La Bichota con Amaia Montero se da a pocos días de que los medios replicaran una fake news de un presunto regreso de la cantante con La Oreja de Van Gogh y significó la primera presentación masiva de la cantante en años. Por fortuna, en una época diferente.
Ahora no sólo España y América Latina tienen mayor claridad sobre el legado de Amaia Montero, sino que éxitos de años recientes de otros cantantes como “Tacones rojos” de Sebastián Yatra o “Acróstico” de Shakira, demuestran que las tendencias musicales nuevamente están comenzando a cambiar.
| No se pierda: Karol G aplastó a Taylor Swift con las ventas de sus conciertos en Madrid; se llevó millonada en euros
La época dorada de Amaia Montero con "Rosas" y otros éxitos
La historia de Amaia Montero con La Oreja de Van Gogh comenzó un día que ella cantó “Nothing compares to you” de Sinead O’ Connor (compuesta por Prince) en una fiesta. Ese día el guitarrista Pablo Benegas se enamoró de ella, en el sentido musical de palabra, y la invitó a participar de una banda que él ya tenía. La semilla de lo que sería poco tiempo después La Oreja de Van Gogh.
Se ganaron un concurso de pop-rock en la ciudad vasca de San Sebastián y se envalentonaron para buscar a Sony Music. La discográfica también se enamoró de la voz de la cantante y preguntó cuántas canciones tenía listas para un primer álbum.
La entonces compositora de “El 28” y “Cuéntame al oído” se apresuró a decir que tenían 25, pero en realidad tenían tres. Se encerraron semanas a componer y pudieron terminar las 12 canciones que conformaron su debut llamado Dile al sol, el disco que los hace famosos en España. Era 1998.
Dos años más tarde salió el álbum que los hizo gigantes en América Latina (Colombia incluida). El viaje de Copperpot, que fue producido por Nigel Walker, conocido por dar forma a celebres trabajos del rock latino como El amor después del amor de Fito Páez o Sin documentos de Los Rodríguez. “Cuídate”, “Paris” y “La playa”, pertenecen a esta nueva etapa.
Aunque suele decirse que este fue el disco más exitoso del grupo, ningún álbum posicionó tantas canciones en listados como su tercer álbum Lo que te conté mientras te hacías la dormida de 2003. Nigel Walker también estuvo detrás de esta producción.
Allí está “Rosas”, quizás su mayor éxito que ahora vuelve a ponerse de moda con la invitación de Karol G; pero también hay otros clásicos como “20 de enero”, “La esperanza debida”, “Deseos de cosas imposibles”, “Vestido azul”, “Nadie cómo tú” y “Geografía”. Esa que comenzaba con una frase preciosa y muy adecuada para el título de la composición: “Me gustaría inventar un país contigo…”.
En ese momento La Oreja de Van Gogh era uno de los principales referentes de la música latina, viviendo un momento de gloria muy parecido al que entonces atravesaban La Quinta Estación, Julieta Venegas, Juanes. Incluso Miguel Bosé, quien seguía dando la batalla luego de muchos años en el negocio de la música con canciones como “Morena mía”, que en Colombia también fue banda sonora de una novela.
Luego de este disco la banda necesitó un descanso y es posible que más o menos en esa época hayan comenzado algunas fricciones entre sus integrantes. La propia Amaia, cuando ha hablado de la relación con La Oreja de Van Gogh, se ha limitado a decir que entonces todos eran muy pequeños y que por eso la convivencia se les hizo complicada.
Un problema que se pudo haber profundizado con el disco Guapa, que aunque la prensa especializada calificó como fracaso, nunca se sintió como tal. No sólo porque allí estaban “Muñeca de trapo” y “Dulce locura”, dos de los mayores éxitos de la banda, sino porque entonces vendían llenos totales en España y Latinoamérica.
Además, entre las dos versiones más famosas que tuvo ese álbum, La Oreja De Van Gogh vendió dos millones de copias. Guapa salió en 2006, pleno auge del mp3, la época en que supuestamente ya no se vendían discos.
Entonces pude verlos una vez, en un festival de Los 40 Principales, donde fueron los únicos artistas que tocaron sin playback. Sonaron contundentes, sincronizados; pronto agotarían tres fechas en Buenos Aires y llegaban al evento de sorpresa. La euforia con la que los recibieron fue muy parecida a la que vivió La Bichota en sus últimos conciertos, aunque eso sí, en un espacio mucho más pequeño.
Al año siguiente se separaron. Amaia Montero comenzó a trabajar en su proyecto solista y La Oreja de Van Gogh incorporó a Leire Martínez, recordada por sus éxitos con el grupo como “Inmortal”, “El último vals”, “María” (con Natalia Lafourcade). Entre ambas siempre ha habido una relación cordial, pero no suelen encontrarse.
Paradójicamente se conocieron en un aeropuerto. Cuando La Oreja De Van Gogh venía de hacer su primer disco con Leire y Amaia de terminar el primero de su etapa como solista. Paulina Rubio, recordada por "El último adiós", "Yo no soy esa mujer" o por haber impulsado a Morat con "Mi nuevo vicio", también fue contemplada entre las opciones posibles para reemplazarla.
La importancia del empujón de Karol G en el Santiago Bernabéu y el regreso de Amaia Montero a los escenarios
En los últimos años, La Bichota ha invitado a artistas iberoamericanos que fueron gigantes en su momento, pero que ahora tienen éxito más por sus clásicos que por nuevos proyectos: Vilma Palma, La Mosca, Anahí de RBD, Jorge Celedón y, recientemente Amaia Montero, han sido algunos de sus invitados.
Es probable que Karol G tenga este gesto por admiración con estos artistas y que tanto ella, como sus hermanas, hayan crecido con canciones como “Auto rojo”, “Para no verte más”, “Sálvame”, “Un osito dormilón” o “Rosas” que han sonado en conciertos recientes de La Bichota.
Pero el fenómeno también merece ser analizado desde el punto de vista del marketing, porque pocas cosas son tan lucrativas en la música como la nostalgia.
De todas formas, ambas partes salen beneficiadas. Por ejemplo, es probable que ella haya impulsado el éxito de la gira latinoamericana de RBD; ya que semanas antes del show muchos asistentes reconocían en redes sociales que habían pagado la boleta sólo por dos o tres canciones.
En 2022, Amaia Montero anunció un nuevo disco y se grabó en un video para sus redes sociales cantando lo que se supondría que sería el primer sencillo. Pero días más tarde subió una preocupante foto a su Instagram, desapareció del ojo público por semanas y luego entró a rehabilitación. Al mes le dieron de alta.
Personas cercanas a la artista, como su hermana Idoia, han contado que además del estrés de su vida artística se suma el duelo por la muerte de su padre, que, aunque ocurrió hace años todavía no ha podido superar.
Gracias a Karol G, muchos amantes del pop –y principalmente algunos ingratos referentes de la prensa, quienes en los últimos años sólo se han acordado de ella para atacarla–, por fin comenzaron a dimensionar lo fundamental que ha sido Amaia Montero para el pop latino.
Además de tener letras maravillosas y frases simples muy contagiosas como “tenemos el récord del mundo en querernos”, que cantaba en la canción que volvió a interpretar hace días en el concierto de Karol G; Amaia Montero también fue muy importante por abrir caminos para las cantantes femeninas como La Bichota, quienes históricamente han tenido más obstáculos en la industria musical o que difícilmente son tenidas en cuenta que si no están lo suficientemente “buenas”.
Y mientras Karol G convierte el nombre de su último disco Mañana será bonito en un lema y en un mantra que pueda contagiar a otras mujeres, parece comenzar un nuevo amanecer para Amaia. Una artista que tiene, por lo menos, quince canciones hiperreconocibles que podría interpretar en un Coliseo Med Plus, en un Movistar Arena o, quien sabe, quizás en un Estadio El Campín como su nueva amiga La Bichota.
Además, vale la pena recordar que Karol G también tiene una fundación para ayudar a mujeres en situación de vulnerabilidad y que hasta llegó a financiar a una automovilista colombiana. Lo que da para pensar que quizás Karol G haya entendido hace mucho tiempo que ella llegó al mundo para sanar a otras mujeres y no sólo con canciones.
Y si hay una persona que necesita y Mañana sea más bonito, esa es Amaia; menos mal que existe una Bichota paisa preocupada porque no vayamos a olvidarlo.
