Faltaba un año para culminar sus dos periodos en la Presidencia cuando Álvaro Uribe ya tenía en mente fundar una universidad para perpetuar su legado. Se lo propuso a su amigo Darío Montoya, director del Sena durante sus ocho años de gobierno, quien desde que terminó su periodo, comenzó a echar a andar el proyecto. Fundaron el centro universitario Elite, al que cada uno le ha invertido más de 500 millones de pesos, y que acaba de obtener, después de muchos obstáculos en el Ministerio de Educación, autorización para que cuatro disciplinas comiencen a funcionar: Ingeniería comercial, Ingeniería industrial, tecnología en procesos comerciales y tecnología en procesos industriales. Son cuatrocientos los estudiantes inscritos que comienzan clase el próximo 11 de Agosto en la sede de Bogotá, después de un viacrucis que comenzó en el 2011 en el que la ministra Maria Fernanda Campo hizo sentir su poder. Aspiran a llegar en el 2019 a los 200.000 alumnos con sedes en distintas ciudades del país.
Uribe se estrenará como profesor con la cátedra de Liderazgo y quiere ser decano del programa de Gobierno y administración pública que aún no le ha sido aprobado por el Ministerio.
La punta de lanza y esperan convertir en el nicho académico es la capacitación para la industria petrolera. Para ello, el expresidente Uribe y el profesor Montoya se asociaron con un grupo de expertos venezolanos como el Profesor Frank Generi, docente jubilado de la universidad de Caracas, quien será el decano en la carrera de Ingeniería de petróleos, programa con el que competirán con la tradicional Universidad Industrial de Santander, la Universidad América, la Sur Colombiana y la Universidad del Llano.
La Ministra Maria Fernanda Campo le ha puesto muchos trabas al nacimiento de Elite.
La Ministra de Educación se le atravesó a la licenciatura en matemáticas a través de una resolución que acaba con las carreras de licenciaturas virtuales, decisión con la que dan al traste con al menos 44 licenciaturas en otras universidades que aplican este modelo de formación. Montoya la acusa de tener una visión miope “como si las grandes instituciones del mundo que tiene este modelo, se estuvieran equivocando.’’
Pero el expresidente Uribe y Darío Montoya no están solos. En La estructuración de algunos de los pensums han contado con el apoyo de Fenalco en cabeza de Guillermo Botero Nieto y del Grupo Éxito a través de su presidente Carlos Mario Giraldo, quienes colaboraron con el diseño de la carrera de Ingeniería comercial, mientras que Jesús Guerrero de Servientrega, estuvo al frente de la construcción del programa de ingeniería industrial. En el tema de petróleos, la empresa Paficic Rubiales fue la gran aliada; además de haber dado un apoyo económico y asumir el costo de la primera oficina de la Universidad en el edificio World Trade Center, prestó su asesoría en la estructuración de la carrera de Ingeniería de Petróleos. ¿Con que profesores va trabajar?
“Tendremos una planta de primer nivel. Ya nos está colaborando el ex rector de Universidad del Bosque, Carlos Felipe Escobar, un grupo de venezolanos expertos en la industria petrolera y algunos de los mejores profesores que sacaron del Sena, como Germán Chávez, quien aún no ha concretado, pero me gustaría que nos acompañe con su experiencia”, dice Montoya.
Buscaban armar programas académicos que respondieran a la demanda laboral del país, bajo el modelo de la formación por competencias, que consiste en formar profesionales y técnicos que respondan a las necesidades empresariales, modelo que el mismo Darío Montoya implementó exitosamente en el SENA durante sus ocho años en la dirección durante el gobierno Uribe. Párrocos de distintos barrios como Rafael Uribe, Ciudad Bolívar, Barrios Unidos y Suba prestarán construcciones para que sirvan de sedes para dictar clases de madera descentralizada.
Empresarios como Guillermo Botero Jose Francisco Arata y Jesús Guerrero han asesorado los pensums académicos y la financiación de Elite
No podía faltar la pregunta sobre las verdaderas intenciones de un político de 24 horas al día como es Álvaro Uribe con un proyecto universitario. “Dejamos muy claro desde un principio que había que separar el proyecto universitario con la política y la recomendación sobraba porque él lo tiene claro. El verdadero interés del ex Presidente consiste en aportarle al país con una realidad en educación. Con una creencia de que tenemos en nuestra cabeza formas innovadoras de cambiar y mejorar la educación. Estamos convencidos que esta universidad tiene que abrirle espacios a las personas en cualquier parte del país independientemente su condición económica. Para eso se requiere innovación. Por ejemplo, Uribe y yo somos unos convencidos de la virtualidad”, responde Montoya, quien quiere que Elite “no sea una universidad de pobres, pero tampoco de ricos. Pienso que esta universidad tiene que arrancar dándole oportunidades a los que más las necesitan”.
El semestre costará tres millones de pesos, pero buscarán que las empresas promotoras financien becas a quienes las necesiten y así ampliar la base de los estudiantes que quieran formarse en las carreras que ofrecen. Elite, aunque su nombre pueda dar para interpretaciones contrarias, “todo quiere menos aumentar las brechas sociales. Eso no va a pasar en Elite”, concluye Montoya. Con este proyecto en marcha, Álvaro Uribe sumará un rol más a los que ya tiene de expresidente, Senador, cabeza del Centro Democrático, ganadero, conferencista y ahora pedagogo.
