La estrategia es calcada: la misma indigerible receta del año 2018, que se convierte en un deja vu. Con pasmosa indiferencia por lo que se piense de las cosas, se disponen aplicarnos la misma dosis de miedo en estas elecciones de mayo de 2022; es la misma estrategia basada fundamentalmente en inocular el miedo eterno. Es innegable que la receta funciona, ya no tanto, pero todavía funciona y sigue ofreciendo réditos electorales, tanto así que hace 20 años no se habla de otro tema, siempre lo mismo.
En ese orden, regresa el trasnochado y desgastado "Castrochavismo" como política de miedo, repiten sin cesar que nos vamos a convertir en Venezuela, reiteran el refrito de un inexistente Comunismo o Neocomunismo que ni el la China existe, insisten en que se le entregaría el país a las extintas Farc que como guerrilla y con mando unificado ya fenecieron, una guerrilla que se acogió a unos acuerdos que le incumplieron. Con respecto a las ex-Farc, la proterva estrategia consiste en instalar en la memoria colectiva, la existencia de lo inexistente.
Afortunadamente nace un despertar: son millones de jóvenes colombianos dispuestos a darle la vuelta a la tuerca: ¡¡es ahora o nunca!!, el 29 de mayo es cuando hay que salir a votar, de lo contrario LA TERCERA EDAD (a la cual pertenezco, pero mi pensamiento, se niega a encontrarse anclado allí) les impone la agenda del retrógrado e inaceptable continuismo.
Naturalmente hay excepciones, pero sin duda lo dicho se reafirma cuando se charla con los coetáneos en cualquier centro comercial de la ciudad, donde tienen establecidas sus cofradías: "como es posible que vamos elegir a ese Petro, ese tipo es un mal ser humano, además fue guerrillero" dicen con vehemencia y nadie logra sacarlos de esa inmovilidad mental. Son mis amigos, que alguna vez tiraron piedra en el colegio Santa Librada, Politécnico o mi colegio Eustaquio Palacios, y que una vez fueron progresistas, hoy viejos y afortunadamente bien pensionados, mutaron a ser reaccionarios y "Fachos". Repito: hay valiosas excepciones, pero la gran mayoría piensan así.
He observado que casi ninguno condena con vehemencia los 6.402 "Falsos Positivos", han normalizado la muerte cuando es ejecutada por las balas del estado; pasmado les he oído decir: "es que eso era necesario". Las masacres les resbala, el asesinato de los jovenes, la corrupcion, la desistitucionalizacion a que nos tienen sometidos, eso si, ejecutadas por "buenos muchachos", son validas. Se refieren muy bien a "los buenos seres humanos", que nos desgobiernan hace más de dos siglos. Lo anterior les parece algo normal. ¡Las vueltas que da la vida!
Es pertinente cambiar el tema.
En este ambiente corroído e infestado por la dañina polarización aparecen las encuestas. Nunca he confiado ni comulgado con las encuestas que se elaboran en Colombia aún si favorecen mi simpatía electoral, considero que crean falsas percepciones, manipulan y direccionan. Son parte integral del fraude: el fraude es a las encuestas, como las encuestas al fraude. Pero como en todo existen excepciones la encuesta de La Celag (Centro Latinoamericano de Geopolítica) merece credibilidad.
Pero apartandonos de la excepción,
Ahora es cuando empieza el jueguito de las encuestas; hasta el momento tratan de dar impresión de neutrales y serias, luego viene la puñalada trapera. Segunda vuelta no habrá, de eso estoy seguro, a no ser que permitamos el fraude.
La aspiración de la corruptela es forzar una segunda vuelta, para que luego, comiencen las engañosas encuestas a prefabricar falsos empates técnicos. Con eso empiezan a meter miedo. Con el propósito de dar continuidad al desastre ya se unieron los tres mosqueteros (Gaviria, Uribe, Pastrana) bajo la misma bandera: elegir el Duque ruta dos es su meta. ¡El miedo logra unirlos!.
Históricamente ha sucedido: cuando los mismos con las mismas, ven amenazados sus intereses y privilegios, deponen las pequeñas diferencias que los separan y se unen bajo la misma causa: perpetuar las viejas costumbres políticas. Pero ellos no son los culpables, los verdaderos culpables, es la incultura política del sufragante, que es proclive a dejarse engañar fácilmente, la desinformación y el desconocimiento de todo lo acontecido históricamente con una casta política decadente y plutocratica. Es la razón por la cual, poco les interesa que el pueblo se eduque.
Los astros están alineados.
Todo juega a favor del cambio. Afortunadamente, la prensa hegemónica ya no tiene el poder que otrora tuvo.Las metidas de guayos del vicepresidente, en su afanosa participación en política favorecen Las redes sociales que han jugado un papel importantísimo en este ambiente de cambio, permanecen activas. El anhelado cambio se encuentra muy cerca. Como diría el caudillo Jorge Eliécer Gaitan vilmente asesinado: ¿ELEGIR MÁS DE LO MISMO? ¡¡MAMOLA!!